4 ago 2011

Capítulo 1x05 “Unas clases de cocina, entrevistas y una presidenta con las manos en la masa”

La Atalaya del Arcipreste
1x05 “Unas clases de cocina, entrevistas y una presidenta con las manos en la masa”

Un nuevo día surgía en la Atalaya del Arcipreste, el frío impedía la vida comunitaria y cotillear en perfecto estado por las zonas comunes, pero Eva y Gines, jardinera y conserje, tenían que hacer sus labores por obligación y se encontraban en el rellano del ático, limpiando el suelo lleno de confetis y papeles. Pese a que terminó, la navidad aún estaba palpable en el ambiente. Cerca de ellos, se encontraban Úrsula y María Luisa, las propietarias más viejas del inmueble, en sus manos tenían unos cafés bien calientes.

GINES: Señoras, a desayunar a sus casas, que luego cae todo al suelo y tengo que limpiarlo
ÚRSULA: ¡Los conserjes tienen prohibido revelarse al propietario! ¡Venga, a limpiar que hay mucho que quitar!
GINES: Si no fueseis tan guarras... un día de estos me encuentro con alguna de vosotras, muerta en el rellano y ala ¡a limpiar!
ÚRSULA: Uy... morirnos dice ¿porqué te crees que estamos aquí? ¡Hace frío y eso es bueno para mantenernos tan bien!
MARÍA LUISA: ¡La arruga es bella!
EVA: Señoras ¿no podéis hacer el favor de iros a vuestras casas? que vale... sí, estáis aquí para manteneros con la piel intacta, claro (irónica). ¿En el rellano del ático, no? es por todos sabidos que estáis aquí a la espera de que la pelirroja salga de su casa para meter la basura en el contenedor, y reíros de ella por la cara de depresión que tiene. ¡Mira que sois malas!
MARÍA LUISA: Perdona, pero ella es nuestra amiga, sólo nos preocupam...

La puerta del Ático B se abrió y Karen salió más gorda de lo normal, sin peinar, sin maquillar y en pijama, con una cara de amargada y depresiva. En su mano izquierda llevaba la bolsa de basura, que la dejó en el contenedor del cuarto de basuras.

GINES: Ala... más trabajo... que luego tengo que bajar los contenedores al primer piso...
EVA: Mira, antes hablo de ella y antes sale... qué mal está.
GINES: ¿Los vecinos de los bajos tienen pérgolas? es que lo mejor es que ni las pongan... a ver si se va a tirar ésta y se las rompen.
EVA: No pienses en lo peor...
KAREN: Buenas tardes... o días... o lo que sea ¿qué hora es?. ¿Qué hacéis aquí, mofándoos de mí, verdad? Pues aquí estoy (entró en su casa, sacó una silla plegable y se la puso en el rellano. Se sentó) ¡Ala, tengo mucho tiempo libre, os podéis reír de mi! Bastante mal estoy ya viéndome como uno de los videos más populares de Youtube en años... “Loca pelirroja se cuela en las campanadas”... qué imagen estoy dando... ¡Karen está enterrada, hundida, tapada, sepultada, derrumbada, arruinada, retirada, apartada, olvidada, relegada y todo lo malo terminado en “ada”!
MARÍA LUISA: Uy... Esto va a ser una depresión... te bajas ahora mismo a nuestra casa y te tomas 20 miligramos de Diacepán y 10 de Alopedilon. O algo más casero, come mucho chocolate.
KAREN: Y encima tengo que pagar la hipoteca a 40 años... si en 40 años estaré bajo tierra, y descendencia no voy a dejar porque los niños te dejan el cuerpo hecho una mierda... ¿Pastillas? no señora, no, yo no me drogo.
MARÍA LUISA: ¡Pero si en el mundo de la tele es lo que hacéis todos detrás de las cámaras! ¡Eso y enseñar las tetas por sorpresa si el programa va mal en audiencias!
KAREN (se sobresalta): ¡Oh! ¡Qué puñalada más trapera! ¡Eso es mentira! ¡Jamás he enseñado las tetas! (Hay un silencio incomodo) Y tampoco me he drogado.
ÚRSULA: Yo, desde mi experiencia, puedo decir que tampoco tomaba nada, y así estoy (se contornea)
GINES (Susurra): De estropeada...
ÚRSULA: ¡Te he oído, imbécil! Ya te gustaría estar con una diosa como yo en la cama, ¡Já!
GINES: Para pasaje del terror ya espero a las fiestas de mi pueblo, señora
MARÍA LUISA: ¿Hola? ¿Aún tienes ganas? Ursu, querida... yo desde la menopausia se me quitaron todas las ganas, mi Alfonso creo que murió el pobre de estar aburrido sin hacer nada, pero claro, la medicina nos jodió la vida, los hombres antes caían como moscas y ahora no... ¿Qué va a hacer una menopáusica y un muerto viviente en la cama? ¡Pues nada!
EVA: Estas cosas se dicen antes, para prevenir imaginarnos esas situaciones en nuestras imágenes...
KAREN (se levanta de la silla): ¡VENGA YA, TODOS FUERA DE AQUÍ! ¡DEJADME EN PAZ! ¡Iros a molestar a otra! (Coge la silla plegable, entra en su casa y cierra la puerta)
MARÍA LUISA (se acerca a la puerta): ¡Bueno. si te piensas suicidar, llámame antes para traerme a mi nieto el mayor, que le gusta mucho grabar cosas con la cámara!
EVA: Anda que... ¿no os da pena reíros de una depresión? que es algo muy serio.
URSULA: Si serio es, pero si hace gracia, ¡qué se le va a hacer! Yo también me he deprimido muchas veces, pero de todas se sale. ¿O te crees que estaría ahora mismo aquí, tan feliz de la vida, si no hubiera salido de la depresión que me hizo Massiel al representar ella a España en Eurovisión en vez de hacerlo yo?... (Susurra) maldita borracha... encima va y ganó.
EVA: ¡Respeto, señora, respeto! ¡Y marchaos ya que os empieza en breve el Programa de Ana Rosa!
URSULA: ¡Cierto, cierto!
MARÍA LUISA: ¡A ver si soy capaz de verle alguna arruga a la Quintana con mis nuevas gafas!

Ambas bajaron por las escaleras hasta su casa, mientras que Gines y Eva siguieron limpiando el rellano.

GINES: Oye Eva, que muchas gracias por ayudarme a recoger todo esto.
EVA: Nada, tranquilo, las plantas ya las he regado y tengo mucho tiempo libre.

De repente, se oye gritar a Karen desde su casa

KAREN: ¡Y NO QUEDA CHOCOLATE EN LA NEVERA!
EVA: Está muy mal...

La puerta del 2ºC se abrió, a esa casa entraron Marta y Miriam con bastantes bolsas de la compra. En el salón se encontraba Mónica tumbada en el sofá y riéndose al ver unos videos por su ordenador portátil

MARTA: ¡Buenos días borrachita de mi corazón! (Entró en la cocina y dejó las bolsas)
MIRIAM (dejó las bolsas en el sofá): ¡De qué buen humor estás hoy! ¿Cuántas copas llevas ya?
MÓNICA: ¡No seáis tontas! ¡Me estoy riendo de la vecina de arriba, la famosilla! ¡En Youtube han subido sus escenas de las campanadas!
MARTA: Qué fuerte... ¿Cómo te puedes reír de algo así? la pobre está depre. ¿Te haría gracia que te prohibiéramos todas las bebidas posibles y por haber, y que tampoco te dejáramos comer una simple tarta de whisky? pues lo mismo...
MÓNICA: ¡Ala, ya me has hecho sentirme mal, qué bien le comes el coco a la gente!
MARTA (sonríe): Lo sé. Así conseguí que mis papis me pagasen mi parte del alquiler hace medio año.
MIRIAM: Hablando del alquiler... Miguel, el hijo de los caseros, suele subir mucho por aquí.
MARTA (nerviosa y extrañada): ¿Qué, y eso?
MIRIAM: No sé, ayer por ejemplo, estaba sentado en las escaleras, y cuando nos vio a Mónica y a mí salir del ascensor, se desilusionó. Estaría esperando a alguien ¿pero a quien?
MARTA: Ah... ah... ¡ufff! ¿A quién? vete tú a saber, a las viejis de al lado. Su madre Pilar es muy amiga de las de enfrente.
MÓNICA: Las viejas viven en el primero, al lado tenemos al matrimonio ese raro y liberal. ¡A ver si estaba esperando a Ingrid para hacer un trío! Les va la marcha a esos. Fíjate tú que a Miguel yo le veo hasta más guapo y todo, y eso significa que estará enamorado de alguna... o de alguno, que aquí ya una no se puede fiar ni del butanero.
MARTA: Alguna... fijo, alguna. ¡Pero qué va, será que su hijo se ha ido unas semanas con su madre y él está contento! Un niño siempre es mucha carga

Sonó el timbre varias veces.
MIRIAM: ¡El timbre, y suena bastante, parece urgente! Marta, vete a abrir la puerta
MÓNICA: Sí, yo ya me he cogido la postura de estar tumbada en el sofá, y de aquí no me echáis.
MARTA: Jolines... que vagas vacaburras sois. ¡Luego os quejaréis de que estáis gordas, si no os movéis ni para abrir la puerta, cansinas! ¡Ya voy, ya voy! (abre y era Miguel) ¡Michael, Miki, Miguel! (baja el volumen) ¿Pero qué haces aquí? ¡No, no me des ningún beso que están aquí mis amigas!
MIGUEL: ¿Hoy tampoco puedo estar contigo? Parece que me estás esquivando.
MARTA: ¿Esquivar, yo? ¡Qué va!
MIGUEL: ¿No? ¿Entonces porqué ahora sales siempre por el garaje o ni te asomas al balcón para que te pueda ver desde el jardín?
MARTA: ¡Vale, sí! ¡Pero entiéndeme! Yo quiero ir poco a poco (le susurra) ¡si es que soy casi virgen! llevo... (Empieza a contar con los dedos) ya unos años sin hacer nada. ¿Años? ¡Uy, sí, años! Y como te veo un poco-bastante-demasiado salido, pues... pienso que tú solo quieres ‘tralarí tralará’.
MIGUEL: ¿Salido yo? ¡Qué va! Sólo que...
MIRIAM (gritando desde el salón): ¿QUIÉN ES?
MARTA: ¡El chino de la propaganda! (susurra) Miguel, márchate, que si no van a pensar algo... ¡o igual las viejis están cotilleando por la mirilla!
MIGUEL: Las viejas viven en el primero, no en el segundo ¡¿Tan nerviosa estás que no sabes ni lo que dices?! ¡Espera, espera, no quería hablar así de tí! ¡Espera! ¡He estado pensando que como a ti te gusta cocinar, y yo soy una mierda en ese terreno, que me des clases! Así no levantaremos sospechas y podremos vernos siempre que queramos. ¡5 euros la hora como máximo, que estoy en la miseria!
MARTA: Ummm... hecho. ¡Pero no se lo cuentes a nadie, y márchate ya! ¡No, no quiero besete de despedida! (Disimula) ¡No, honolable señol chino, no quielo nada, buenos días y que tenga mucha suelte! (Cierra la puerta y se dirige a donde sus amigas)
MÓNICA: ¿Qué quería el chino?
MARTA: Lo de siempre... ahora es cuando echo de menos a los Testigos de Jehová llamando por las puertas... hace ya meses que no vienen por aquí. (Se empezó a comer las uñas)
MIRIAM: Uy... te estás comiendo las uñas, eso sólo significa algo malo.
MÓNICA: Si ya te he dicho miles de veces, Miriam, que Marta es una niña. Empieza con comerse las uñas y terminará por los mocos.
MARTA: ¡Uy que asquete! Es que... estoy preocupada (coge asiento). A ver... tengo a mi prima Rosario, la del pueblo, bueno... vosotras no la conocéis, pero es una mujer que es muy profesional, guapa, treintañera, inteligente... una tía muy triunfadora para ser de pueblo, sí. ¡Pero la pobre está hecha un lío! de repente se ha enamorado de un tío que no es su naranja completa ni media tampoco, pero le atrae.
MIRIAM: ¡Pues que se vayan a la cama sin remordimientos!
MARTA: ¡Déjame seguir! qué obsesión tienes con el acto entre una mujer y un hombre...
MÓNICA (se tapa la cara): ¿Puedes ser más repipi aún hablando? Dios... ¿Cuántas resacas he tenido para merecerme este castigo?
MARTA: Bueno, yo sigo. Entonces, Concepción...
MIRIAM: ¿No se llamaba Rosario?
MARTA: Sí, eso, Rosario. Concepción es mi otra prima, que ya si eso mañana os cuento una anécdota suya... Entonces Rosario está hecha un lío, no entiende nada, despistadita total.
MÓNICA: Pero a ver... ¿edad? ¿Cuántos años tiene el tío?
MARTA: Es algo más mayor que mi prima, no sé, yo diría que ronda los cuarenta, se acerca a esa cifra.
MIRIAM: Uy... ya ahí empiezan a fallar en la cama, lo sé por experiencias propias. ¿Es guapo, al menos?
MARTA: Bueno... no le dejarían entrar en el certamen de Mister España, eso seguro, pero si se compara con Steve Urkel... pues gana bastante.
MÓNICA: Vale, que es feo lo mires por donde lo mires
MARTA: Denominámosle de belleza distraída. Me ha dicho Rosario que lo que a ella le interesa es más el interior que el exterior
MÓNICA: Sí, sí, eso decimos todas y queda muy bonito, pero no es la realidad. ¿¡Tú te crees que la Carla Bruni está con Sarkozy por el interior!?
MIRIAM: Bueno... todos esos factores han sido malos ¿pero algo bueno tendrá, no? ¿Qué tal en la cama?
MARTA: ¿Otra vez? Pues hasta ese punto no he llegado, pero se ve que él quiere llegar a ese paso... … eso es lo que me ha contado ella.
MIRIAM: Vamos, que está más que desesperado el tío.
MARTA: Puede... Lo que pasa que ella es virgen, bueno, como si lo fuera. Hace ya años que no tiene un simple triqui-triqui y esta nerviosita.
MÓNICA: Vamos, cómo tú ¿no? debe de ser genético, de la familia.
MARTA: Sí, sí, como yo ¡pero sólo nos asimilamos en eso! ¿Bueno... qué opináis?
MIRIAM: Que como tu prima no se de prisa, el tío ese va a por otra, de flor en flor.
MARTA: ¿Sí, seguro?
MÓNICA: Pero vamos, segurísimo. Ese quiere cuanto antes charlar con sus amigos en el bar y comentar que ha mojado por fin.
MARTA: Ya... bueno, chicas, cambiando de tema. ¡Miguel se ha ofrecido como mi alumno, para clases de cocina! Ya que vosotras pasáis de aprender a cocinar, pues le doy clase a otro. Vendrá a la tarde.

En el jardín del Bajo A, Fátima se encontraba de visita, tomando un café acompañada de Carmen.

CARMEN: ¿Y qué tal el año? ¿Te has propuesto algo? ¡Coge pasteles y mójalos en el café!
FÁTIMA: ¡Ay, no chica, no! Ya tengo bastante con las cuatro cucharadas de azúcar que me has echado... ¿no conoces la sacarina?
CARMEN: ¡Oye, no empieces con tus ironías de pija que la tenemos! ¿No podemos llevarnos bien con nuestras pequeñas diferencias?
FÁTIMA: No, si tú me caes muy bien, pero Carmen, no se puede negar lo evidente.
CARMEN (cambiando de tema): ¿Hace mucho sol, no?
FÁTIMA: Bastante para ser Enero...

Por el pasillo del Bajo A, salió Nerea de su habitación, mal vestida, sin maquillar y con unos pocos libros de texto en la mano, intentaba llegar hasta la puerta para salir sin ser vista por su madre.

NEREA: ¿¡Las 10 de la mañana!? Yo llego tarde a clase... si empezamos a las 8. ¡Ya he dejado plantada al Johnny, éste se ha buscado otra fijo!
CARMEN (sorprendida): ¿¡Nerea!? ¿¡Qué haces aquí!? (Entrando por la cristalera)
NEREA: Eh...
CARMEN: ¡¿Te has quedado dormida?! ¡Y yo sin darme cuenta! ¡ME VAIS A MATAR A DISGUSTOS!
FÁTIMA: Pobre, entiéndela, que se ha quedado dormida...
CARMEN: ¡Es la única que puede aprovechar ahora y tener un buen futuro y mira cómo lo está derrochando!
FÁTIMA: Yo tengo la suerte de que mis hijos no se quedan dormidos, Olimpia les suele llamar con puntualidad.
NEREA: Pero a ver mamá ¿Me vas a echar el sermón o puedo irme ya? ¡Que aún estoy a tiempo de llegar a la hora del recreo!
CARMEN: ¡Anda, tira pal colegio ahora mismo! (La coge del brazo, abre la puerta y la empuja) ¡HARTA ME TIENES, HARTA!
NEREA (desde el rellano): Por tu culpa me quedaré sorda, ya lo verás ¡Qué berridos! ¡Estás subiendo puntos para llevarte a una residencia en cuanto tenga dinero! (Se marcha corriendo del edificio)
CARMEN (cierra su puerta): ¿Te lo puedes creer? La niña se me queda dormida y el mayor también, en vez de ponerse a trabajar está durmiendo. ¡Ha venido a casa a las 7 y media de la mañana!
FÁTIMA: No, si yo de tu familia me creo todo... me dices que tu marido se va a trabajar con el mío y también.
CARMEN: ¡Ay, es verdad, mi Manu! (Se va por el pasillo y toca la puerta de su habitación) ¿Estás listo?
De la habitación matrimonial salió Manu, bien vestido y completamente limpio, acompañado de Gustavo.

GUSTAVO: Me ha costado, me ha costado, pero por fin, éstas son las pintas que lleva. ¡Tu marido no es muy amigo de la gomina y la corbata!
CARMEN: ¡Ay, pero qué guapo es! ¡Si es que mereció la pena dejar los estudios por él! (Le da un beso)
MANU: ¡Menchu, que hay invitados! Pues a mí esto no me gusta... parece que voy de entierro. ¿No me puedo quedar aquí viendo la tele, poniendo los pies en la mesa y con una cerveza en la mano?
CARMEN: ¡No, que necesitamos dinero! ¡Que la mayoría del dinero que nos sobró de la lotería tras comprar el piso, están bien guardados en el banco, que hay que ahorrar!
MANU: Pero si tenemos en la habitación de al lado roncando a Rubén... ¡es joven y ese sí que no hace nada!
CARMEN: Ya pensaré algo para el niño ¡pero venga, que llegas tarde!
GUSTAVO: Cómo lleguemos tarde el primer día el jefe se mosqueará... y mucho.
MANU: Vale, vale ¡mentalidad trabajadora, trabajadora! (Se acercaron los 4 a la puerta)
CARMEN: ¿Quién lleva el coche? (abre la puerta) ¡No corráis mucho!
FÁTIMA: Gustavo, pasa un buen día en el trabajo. Para cualquier cosa ¡Llámame!
CARMEN: Manu, lo mismo digo ¡Llámame, y pórtate bien y no hagas chorradas, QUE TE CONOZCO!

Ambos se fueron del inmueble, Fátima y Carmen se quedaron hablando con la puerta abierta, tenían la vista completa del portal, y vieron entrar a Olimpia y a Julián, los presidentes, que iban hacia el ascensor.

CARMEN (con voz muy falsa): ¡Buenos días presidentes!
OLIMPIA: ¡Será para ti, Nancy Barriobajera!
FÁTIMA: ¡Uy!
CARMEN: ¿¡Pero bueno, qué modales son esos!? ¡Dile a la de la peluquería que no te inyecte tanto bottox del malo, que se te nubla el cerebro!
FÁTIMA: Bueno... oye, que el bottox no es tan malo... si te lo inyectan bien, ni se nota. (se toca el rostro)
OLIMPIA: ¡Mira Carmen, déjame, no tengo el día para aguantar a pesadas!
JULIAN: Cariño... deja ya de estar enfadada 24 horas al día... (le da al botón del ascensor) ¡Y esto no baja!
FÁTIMA: Presidente, pues ya sabe qué hacer... ¡arréglelo!
OLIMPIA (Susurra): Es que no aguanto a Carmen, y encima mi jefa se hace amiga de ella... tengo que dejar de ser la chacha lo antes posible. ¿Dónde se ha visto que una presidenta sea la chacha de una propietaria?
FÁTIMA: ¡Uy Olimpia! ¡Qué se me había olvidado! ¡Que hoy te he dejado el día libre por ser tu cumpleaños! ¡Felicidades! ¿Cuántos caen?
CARMEN: Ah... ¿Qué está así de insoportable por la edad? Ay chica... y lo que te queda ¡Já! se te caerán las tetas, te saldrán arrugas, canas, celulitis, más arrugas, más canas, más celulitis... un círculo vicioso.
OLIMPIA: Menos mal que tú tienes peor pinta que yo, y caerás antes al hoyo.
CARMEN: Tranquila, que el amor hace mucho, tengo un marido y unos hijos que me quieren bastante, eso ya me prolonga la esperanza de vida en 10 años ¡o más! ¿Tú que tienes? ¡A nadie!

Olimpia empezó a llorar y entró en el ascensor junto con Julián.

FÁTIMA: Creo que te has pasado...
CARMEN: ¡Se lo merece, que me tiene el jardín hecho un asco, me tira de todo! ¡Está loca!

En el rellano del primero, el ascensor se abrió y salieron de él, Olimpia y Julián.

OLIMPIA: ¿Has visto cómo me habla la choni esa? ¡Pero di algo!
JULIÁN: Tendríais que hablarlo entre las dos... hablando se entiende la gente.
OLIMPIA: Para decir eso mejor ni haber abierto la boca ¿Para qué hablas?
JULIÁN: Me lo has dicho tú...
OLIMPIA: ¡Pero abre la puerta, que me tienes aquí con todas las bolsas en la mano!
JULIÁN: Olimpia... quien tiene las bolsas soy yo...
OLIMPIA: ¡¿QUIERES DEJAR DE LLEVARME LA CONTRARIA?!

Ya una vez dentro del 1ºA, ambos se adentraron en la cocina a dejar las bolsas.

OLIMPIA: ¡Y encima hoy es mi cumpleaños y uno que yo me sé no me regala nada, NI LOS BUENOS DÍAS!
JULIAN: Eh... ¡¿buenos días?!
OLIMPIA: ¡46 años ya! ¡Si hace nada estaba estudiando con las monjas! (Se queda mirando a Julián) ¿¡ES QUE NO PIENSAS REGALARLE NADA A TU MUJER!?
JULIAN: ¿Mujer? ¿Mi mujer? ¿Pero no estábamos separados? Me estás desconcertando cada vez más. (Contento) ¡Vete a la habitación grande, y arriba del armario está tu regalo!

Olimpia fue hasta la habitación de matrimonios y se llevo consigo un taburete. Ya en la habitación, se acercó al armario, se subió al taburete y vio el regalo. Muy ilusionada, lo abrió.

OLIMPIA: ¡Me caigo muerta! (fue corriendo hasta la cocina) ¡¿Esto me lo has regalado tú?! ¿Con qué dinero?
JULIAN: Tenía algo ahorrado.
OLIMPIA: ¡Qué traje, qué estilo! ¡Voy a ser la envidia de todas!
JULIAN: ¡Póntelo, a ver cómo te queda!
OLIMPIA: ¡Esto sí, esto sí! ¡Así sí merece vestirse una presidenta de comunidad! ¡Ahora mismo montas una junta chorra para cualquier cosa que quiero ser la envidia del inmueble! (se va a su habitación)
JULIAN: ¡Espera Oli!
OLIMPIA: ¿Sí, hay más regalos?
JULIAN: ¿No me vas a dar las gracias?
OLIMPIA: ¡Gracias!
JULIAN: No, mujer, eso no. ¡Un beso, aunque sea!
OLIMPIA: Ay, de verdad, calvito mío, lo que hay que hacer para que te sientas querido... Un beso, sí, pero en la mejilla. (Se lo dio) ¡¿Ya?! ¡Monta una junta urgente, venga!

Olimpia se fue al baño a probarse el vestido, así que Julián aprovechó para entrar en el dormitorio, y sacar otro regalo de debajo del colchón de la cama. A los pocos segundos, Olimpia salió con el traje rojo pasión del baño.

OLIMPIA: ¿¡Qué!? ¿Estoy o no estoy buena? ¡Sólo me queda ir a la peluquería, pero ya me apaño así! (Mira el otro regalo) ¿¡OTRO REGALO MÁS!? (Se acerca ilusionada)
JULIAN: No... no.... este es para.... ¡Bueno, sí, toma! ¡Era otra sorpresa!
OLIMPIA: Uy!! ¡Cualquiera se imaginaba esto, porque no te has estirado ni en Papa Noel ni en Reyes!
JULIAN: Era... era... una sorpresa
OLIMPIA: ¡Bueno, ve montando la junta urgente, que me tienen que ver!

El segundo regalo, en realidad, era para Belinda, ya que pasó malos momentos en esta navidad tras recordar a Matías cada segundo. Minutos después, la mayoría de los propietarios estaban en el portal, esperando a la junta. Los únicos que faltaban, eran David, Marcos, Manuel y Gustavo, que se encontraban trabajando. Los trabajadores de la finca, Gines y Eva, también se encontraban
LOURDES: David estaba muy ocupado y me ha dicho que venga en representación suya.
GONZALO: Pues no lo entiendo, si vivo con él en el mismo piso, puedo representarlo yo.
LOURDES: Me ha dicho a mí y punto ¡Además, me ha dicho que suelen ser movidas las juntas y que él pasa de todo eso!
MARÍA LUISA: ¡Nos ha jodio el chulito ese! ¡Trae a una australopiteca!
LOURDES: Perdone vieja ¿¡Qué me ha llamado!?
MARÍA LUISA: Australopiteca
LOURDES: Vale, es que no la había entendido bien.
MARÍA LUISA (susurrando): Olimpia... esa tía no está bien de la cabeza.
CARMEN: ¿Pero para qué es la junta?
FÁTIMA: Ni idea, pero nos llaman siempre en los peores momentos.
PILAR: ¡Cómo se me quemen las albóndigas la tenemos! ¡LA TENEMOS!
KAREN: Yo no sé para qué vengo aquí si me deprimo aún más...
PILAR: ¡Ni se te ocurra abrir el gas que nos haces salir a todos por los aires!
KAREN: No... Estoy yo ahora para que os mate a todos y me encuentre con vosotros en el Infierno o en el Cielo... faltaría más.

Julián bajó en ascensor hasta la mesa, donde se sentó.

JULIÁN: Bien... buenos días.
INGRID: Buenos días señor presidente.
JULIÁN: ¡Qué raro que aún hayan buenos modales en la comunidad!
ALBERTO: ¡A ver, ¿qué coño pasa?! ¿¡Ya habéis roto algo y tenemos que pagarlo nosotros!?
PILAR: ¡NO A OTRA DERRAMA!
BELINDA: ¿¡Pero queréis dejarlo expresarse!?
ALBERTO: ¡SI ES QUE ME LO CONOZCO, ME LO CONOZCO, YA HABRÁ ROTO ALGO EL IMBECIL ESE!
BELINDA: Continúa Julián.
JULIÁN (sonrojado): Gracias Belinda. ¡A ver, el primer punto del día es...!
PILAR (vuelve a repetirse): ¡NO A OTRA DERRAMA!
FÁTIMA: Esperad. ¡Falta la Dama de Honor! ¿Y Olimpia?
CARMEN: Llorando a moco tendido en su habitación, seguro.
OLIMPIA: No, estoy aquí... ¡Buenos días!

Olimpia bajó las escaleras del portal con su traje rojo pasión, muy contenta y saludando a todos como si de una Reina se tratara.

INGRID: A ver si Marcos tiene un detalle así conmigo...
PILAR: ¿¡Pero esa muerta de hambre de donde ha sacado tanto dinero!?
BELINDA: ¡Es precioso!
CARMEN: ¿Hay que estar separados para que te regalen cosas así? Manu... hoy tengo jaleo con él, lo presiento.
FÁTIMA: ¿¡Y luego quería Olimpia que le subiera el sueldo!? ¡Bastante le he subido si le ha valido para comprarse un traje!
MARÍA LUISA: Aquí la pregunta es... ¡¿Regalado, comprado o robado?!
URSULA: Robado, seguro.
OLIMPIA: Oh, la envidia que es muy mala (se sienta en el sofá) regalado por mi Julián. ¡Y no es el único, en casa tengo otro traje nuevo! ¿Estoy guapa? no sé ni para qué pregunto, si ya lo sé.
KAREN (casi llorando): Aquí todas tienen suerte menos yo... Presidente ¿po-podemos seguir por favor?
ALBERTO: Sí, por favor, que me dan ganas de vomitar.
PILAR: ¡A ver cuándo me regalas a mí algo así!
ALBERTO: ¡Pero si estamos en crisis!
PILAR: ¡Alberto, ¿tienes a otra verdad?! ¡Una amante africana, joven y de pechos firmes! ¡NO ME MIENTAS!
ALBERTO: Sí, sí... está todos los días en casa, guardada en una maleta... ¡Por favor!
LOURDES: Pues a mí me parece un traje muy feo, lo importante está en el interior.
MARÍA LUISA: Pobrecilla... aún tiene esperanzas de encontrar a su amor verdadero.
EVA: Presidente, sigue, que si no, nunca empezamos.
JULIAN: Gracias, a ver, queridos propietarios. En efecto, ese traje es regalado por mí para Olimpia, sí ¡pero ese no es el punto del día, convecinos!
BELINDA: ¿Alguien está dejando de lado a la comunidad? ¿Algún moroso? ¿Problemas con la constructora? Ah, no, que quebró...
JULIAN: Incorrecto. No es eso. Quiero deciros, ya sé que es un poco tarde, que paséis un buen 2011 lleno de alegría, felicidad y amor.
MARIA LUISA: ¡Vete a cagar!
URSULA: ¿¡Para eso nos hace bajar aquí!?
INGRID: Hombre... la intención es la que cuenta... pero esto es un sinsentido. Gracias de todos modos.
CARMEN: ¡Qué locos, seguro que estaba todo planeado para que le viésemos simplemente el nuevo vestido a Olimpia!
OLIMPIA: No, no, mentira. ¡No, no! ¡Pero si me tienes envidia, por algo será!
GINES: Presidente, así se gana usted a los vecinos. (Irónico) ¡Muy bien!
LOURDES: ¿Pero no va a ver peleas ni tirones de pelo? ¡Qué mal!
GONZALO: No, hoy no que hace mucho frío y tienen que ahorrar energía.
FÁTIMA: Pues yo... sintiéndolo mucho, me marcho. ¡Bajar aquí para nada! (Se subió en ascensor)

En pocos segundos, la mayoría de los vecinos se fueron a sus casas o trabajos. Aún así, Belinda, Karen, Olimpia y Julián se quedaron en el portal.

OLIMPIA: Gracias cariño...
JULIAN: De nada... ¿Sabes que así, en las próximas elecciones voy a salir perdiendo? ¡Estoy amargando a los propietarios!
BELINDA (se levantó del sofá): Buenos días, hasta luego. (Subió por las escaleras)
JULIÁN (se sonrojó): Buenos días Belinda.
OLIMPIA: Pero si los vecinos es lo de menos... Cada vez que me vea feliz Carmen o cualquier otra, envejece de rabia 10 años.
JULIAN: ¿Perdone, Karen, no se marcha?
KAREN (sentada y mirando al techo): No... No... Tengo mucho tiempo libre...
OLIMPIA: ¡Cuanta fracasada en tan pocos metros cuadrados! ¡A ver si me mudo ya a un chalet!
KAREN: Habló la chacha de Fátima... (Suena el móvil) ¿Diga, quien es? ¡¿Valerio?! ¿Qué queréis tenerme en un programa? (se levanta ilusionada) ¿¡De sustituta!? Bueno, algo es algo. ¿Y qué programa es? ¡Ah, que Juana San Antonio se ha puesto enferma! ¿Entrevistar a los famosos? ¿Cuándo empiezo? ¿¡Hoy mismo por la noche!? ¡Qué bien, qué bien! (cuelga) ¡SÍ, TOMA, EL HURACAN PELIRROJO VUELVE AL ATAQUE! (Se fue corriendo a su casa por las escaleras)
OLIMPIA: ¿Y luego dicen que en televisión no se drogan? Por favor...

Ya era la hora de comer en Atalaya del Arcipreste, y en el Bajo B; propiedad de Alberto y Pilar, estaban comiendo en el salón, acompañados de su hijo Miguel.

PILAR: ¿Y qué tal está mi nieto?
MIGUEL: Bien, bien...
PILAR: Vamos, que no has hablado todavía con él.
MIGUEL: Mamá, ya sabes cómo es el niño, en cuanto está con su madre se olvida de su padre.
PILAR: ¡Es que yo ya lo echo de menos!
ALBERTO: Pásame el vinagre
PILAR: ¡Calla, que estoy hablando con tu hijo!
ALBERTO: Bueno, pues pásamelo tú, Miguel
MIGUEL: Toma papá (se lo da) ¡Ah, por cierto, hoy a la tarde no estaré aquí!
PILAR: ¿¡Cómo que no estarás!? ¡Si justo hoy bajaban Ursula y María Luisa a jugar a las cartas!
MIGUEL: Mamá... es que me aburro con esas arrugadas.
PILAR: ¡¿Y a donde vas?! ¡No bebas, que luego te sale un hijo perdido! ¡Que las tías de hoy en día notan quien tiene dinero y quien no, y van directas al que más lleno tiene el bolsillo!
ALBERTO: Pilar... que tampoco estamos para tirar cohetes. ¡Bueno, tú tírate a todas las que quieras!
PILAR: ¡¿PERO CÓMO LE PUEDES DECIR ESO A TU HIJO?!
ALBERTO: A ver si se va ya de casa... que encima ronca un montón y se le oye desde nuestra habitación... ¡Eso sí, españolas, nada de mujeres que sean de los Pirineos para el Norte, y mucho menos de Ceuta para abajo!
MIGUEL: ¿Pero me dejáis terminar? Que no me marcho del edificio
PILAR: ¿Entonces adonde vas? ¿¡No te habrá comido el coco el presidente para que le hagas chanchullos gratis!?
ALBERTO: ¿Qué chanchullos va a hacer éste? qué cosas tienes... vas a peor, la edad.
PILAR: ¡Mira quien habló! ¡El que está sacando una tripa cervecera que años atrás no tenía!
MIGUEL: Me vais a romper los tímpanos ¡qué estrés!, pues resulta que me ha dado por la cocina, por aprender a cocinar, y quiero que Marta me dé clases.
PILAR: ¿Marta... (se queda pensativa) la alquilada? ¿La pija? ¡Bueno, vale, no me fío mucho de ella, pero vale!
ALBERTO: Mientras no se le pegue la forma de hablar... todo bien.
PILAR: ¡Pero te quiero ver aquí antes de que anochezca, ¿eh?!
MIGUEL: Qué sí, qué sí...
Carmen, Manu, Rubén y Nerea también estaban comiendo en la casa de enfrente, el Bajo A.

CARMEN: Anda qué... ¡Rubén, todo el día durmiendo! ¡Se te ha juntado el café con las lentejas! (Le llena el plató de lentejas) ¡Y quiero que te lo comas todo!
RUBEN: Me va a explotar el estomago...
CARMEN: ¿A qué hora llegaste anoche? ¿A las 6-7, no? ¡Échame el aliento!
RUBEN: ¡Sí hombre...!
NEREA (irónica): Qué vergüenza, mi hermano mayor, al que le tengo en un pedestal haciendo estas cosas, qué familia tengo, ideal para contarlo en algún Sálvame o La Noria cuándo se me de a conocer. Bueno, me conformo con salir en Gran Hermano.
CARMEN: ¡Y tú calla, que bastante te has pasado hoy llegando 3 horas tarde a clase! ¡3!
RUBEN: Y otra cosa es si ha estado realmente en clase... porque ha podido estar el resto del día en los baños... y no exactamente maquillándose... (su hermana le da un codazo)
MANU: ¡¿Pero queréis dejar ya de comportaros como niños?! ¡Si ya sabemos aquí cómo sois cada uno!
NEREA: ¡Qué fuerte! ¿Estáis los dos contra mi? del primate de mi hermano me lo podría esperar ¿pero de mi padre?
CARMEN (mandando callar): ¡Ché, ché, ché! ¡Se acabó, todos a sus platos y quiero veros calladitos, que así estáis muy guapos! (Hay un largo silencio) ¡Así, sí! ¿Veis cómo no es tan difícil?
MANU: ¡Estas lentejas están duras!
CARMEN: Sí, lo sé, pero he probado el robot de cocina a ver qué tal me iba... y así ha sido el resultado, el desastroso resultado.
MANU: Bueno, pero Nerea está acostumbrada a comer cosas du... (Su hermana le dio un tortazo)
CARMEN: ¡PERO BUENO! ¡Los dos a vuestros cuartos ahora mismo! (Ambos se marchan a sus cuartos) Mira cómo saben escaquearse de las lentejas... si esto fueran pizzas otro gallo cantaría. ¿¡Pero de quien coño habrán sacado esos malos modales!? ¿¡Quien coño necesita que su lengua sea lavada con lejía!? (Se da cuenta que es por ella y cambia de tema) ¡Bueno, ¿Manu, cómo te ha ido el día?! ¡Tú primer trabajo después de dejar la frutería!
MANU: Pues ni bien ni mal... ¡fenomenal! le he caído muy bien al jefe, el señor Adolfo! Muy bien todo como gerente. Deseando estoy de volver mañana.
CARMEN: Pues me alegro Manu, me alegro mucho.
MANU: Eso sí... le he visto un poco mal a Gustavo, estará enfermo, cogiendo la gripe o algo, como desanimado, sin muchas ganas de trabajar...

Varios metros arriba, en el Ático A, Gustavo, Fátima y sus dos hijos estaban también comiendo.

GUSTAVO: ¡Manu es un desastre! ¡Pero desastre de los gordos! Creo que no va a durar mucho en la empresa... Don Adolfo ya estaba haciendo gestos raros cuándo lo veía, no le cae muy bien. Ha sido un fracaso en toda regla contratarlo.
FÁTIMA: Ah... pues qué pena, se le veía a Manu con muchas ganas, pero claro, debe de costarle cambiar de aires, de una frutería dónde no se comían ni los mocos a un hotel de alto standing... (Se queda pensativa), no, la verdad es que no pega.
CARLA: Mamá... ¿hoy tampoco ha venido Olimpia, no?
FÁTIMA: No hija no, hoy era su cumpleaños y como tu madre es tan generosa, le ha dado el día libre ¿Porqué lo preguntas?
CARLA: No, por nada, la ensalada y el brócoli no están muy buenos...
PABLO: Sale más sano irse a un McDonalds...
FÁTIMA: Ha sido lo primero que he visto en la nevera, y ya me ha costado lo suyo, la cocina no es lo mío.
CARLA: Al menos no han sido hidratos de carbono, que eso mi cuerpo no lo digiere bien, y ya sabes que tengo que llegar a 1’80 para ser modelo.
PABLO: 1’80? Si la mayoría de modelos son enanas, te lo digo yo, pero con tanto tacón y photoshop la cosa cambia...
FÁTIMA: Niña, pues Nerea, la pequeña del Bajo, también quiere ser famosa ¿porqué no os hacéis amigas?
CARLA: Mamá... ese gusto raro por comprar ropa de mercadillo manoseada en las estanterías no es mi estilo. ¡Es muy rara! además, de que escupe mucho al hablar.
FÁTIMA: Bueno Pablo ¿y tú qué tal? Es que hace tiempo que no os pregunto nada, entre mis exitosos libros, reuniones, conferencias... no tengo tiempo.
GUSTAVO: Y tu hora diaria de bajar a casa de Carmen a poneros a cotillear.
FÁTIMA: Sí, quién me iba a decir que iba a acabar siendo amiga de ella... ¡bueno, ¿qué tal hijo?!
PABLO: Todo bien mamá... tengo éxito en la universidad entre mis notas y con las compañeras... ¿qué más puedo pedir?
GUSTAVO (Susurra): Cuánto más alta sea la subida, más grande será la caída...
FÁTIMA: Cariño, baja un poco los humos... te recordaba algo más tímido
GUSTAVO: Ya, pero es que la ultima vez que hablaste con tu hijo, igual sería el día antes de su comunión (Pablo asiente con la cabeza)
FÁTIMA: ¡Oye, vale que esté muchas veces ocupada pero tampoco es para tanto! ¡Cómo exageráis, todos a comer ya y silencio!

Unas horas después de la comida; en el 2ºA, Úrsula y María Luisa estaban haciéndole una visita a Belinda, quien tenía en brazos a su bebé adoptado. Las tres estaban sentadas en el salón

MARÍA LUISA: Qué bonito, está todo muy bien decorado.
BELINDA: Gracias
URSULA: ¿Y tú que tal? ¿Ya has buscado algún sustituto?
BELINDA: ¡No diga eso enfrente del niño! ¡Y no, no hay ningún sustituto, no soy ninguna pelandrusca!
MARÍA LUISA: Di que sí, desde que murió mi Alfonso yo estoy muerta de cintura para abajo ¡Cómo tiene que ser!
URSULA: Pero Luisa, querida, porque a tí no te entran. Yo cuando voy al Bingo me pongo morada.
MARÍA LUISA: ¡No te jode, así cualquiera, con 3 litros bebidos de alcohol!
BELINDA: ¿Para qué habéis venido? Si es que cuando parece que he tocado fondo, sigo bajando.
MARÍA LUISA: Pues para reírnos un poco de tu situación, chica, que ahora vamos a bajar a jugar a las cartas a casa de Pilar, y para comentar algo ¡Si no, es muy aburrido!
BELINDA: Ah... ¡Pues ya podéis iros! ¡No sé ni para qué os abro, qué tonta soy!
URSULA: Has tardado un tiempecillo en darte cuenta, niña.
BELINDA: ¡FUERA DE AQUÍ! (Se marchan corriendo) Yo antes no era así... me están desequilibrando.

Una vez que las ancianas propietarias se encuentran en el rellano del segundo, no saben qué hacer.

MARÍA LUISA: ¿Y ahora que hacemos? ¿Bajamos directamente a casa de Pilar o a la nuestra?
URSULA: Tenemos que coger nuestras cartas falseadas, con las que siempre ganamos.
MARÍA LUISA: Sí, cierto, sí, sí.
Karen se encontraba bajando las escaleras del rellano cuando vio a las señoras.

URSULA (Susurra): ¡Pero si es la patética depresiva! ¡¿Qué tal Karen?!
KAREN (sonriendo): Estupenda, como siempre. Controlo mi celulitis, voy al gimnasio, entro perfectamente en la talla 38 y... lo más importante ¡tengo trabajo!
MARÍA LUISA: ¿En un club de alterne?
KAREN (muy seria): ¿Hay que reírse?
MARÍA LUISA: ¡No, qué va, es humor inteligente, tú no lo pillas!
KAREN: Vuelvo a la televisión, a hacer un programa de entrevistas... al parecer tengo que sustituir a su presentadora, Juana San Antonio, que se ha puesto enferma
MARÍA LUISA: ¡Esa la última vez tenía muy mala cara, no la esperes viva!
KAREN: Y bueno, es un programa de entrevistas a famosos, cómo sabéis...
URSULA (Toda ilusionada): ¡¿Y me estabas buscando a mí para ir al programa?! ¿Quieres entrevistarme? ¡Encantada, acepto! ¿Dónde hay que firmar?
KAREN (incrédula): ¿Pe...Pe... Perdón? (Mira a María Luisa y le hace un gesto para que le siga el juego) Pu...Pu... Pues sí, te buscaba a ti, que tienes tanta biografía y has sido tan importante para la industria española que te mereces un premio, una entrevista en prime time. ¡A las 20:30 o antes te quiero ver en la cadena, que te tienen que maquillar!
URSULA: Si es que ya sabía yo que mi fuego no se apagaba, si es que películas como “Franco en Francia es una moneda y no un Generalísimo” o “Suecas en Benidorm” no se pueden olvidar ¡y mucho menos “FurgoTeta en autopista”!
MARÍA LUISA (extrañada): ¿Pero tú no habías trabajado en una sala de vedette?
URSULA: Hay tanto qué no sabes... aparte de ser vedette hice mucho más.
KAREN: Bueno, pues a las 20:30 te quiero ver ahí!
URSULA: ¡Espera, espera! ¿No irá Massiel, verdad?
KAREN: No... Que yo sepa, no.
URSULA: Ah, vale, ¡es que me tiene mucha envidia!
MARÍA LUISA: Dí que no, que es ésta la que tiene envidia por representar a España y ganar.
URSULA: ¡Ella me quitó el puesto! (Se pone a llorar) ¡Vamos a jugar a las cartas donde Pilar que después me tengo que marchar, vamos, vamos! (Se bajan corriendo las dos)
KAREN: En fin... no sé para qué le digo nada...

En el Bajo B, Pilar le daba un montón de besos a su hijo, ambos estaban cerca de la puerta. Alberto leía el periódico sentado en un sillón.

MIGUEL: ¡Mamá, que me voy dos pisos más arriba, que no me voy a la mili!
PILAR: Si te amenazan o algo... ya sabes ¡Llámame al móvil! ¡Y llámame al móvil en cuanto llegues, no vaya a ser que te quedes atrapado en el ascensor o te caigas por las escaleras! ¿En qué vas a subir?
MIGUEL: Pues aún no lo sé...
PILAR: ¿Quieres que te acompañe tu padre? ¡ALBERTOOOOOOO!
MIGUEL: ¡Qué no, que no hace falta! ¡Me marcho ya!
PILAR (Le da dos besos en la mejilla): ¡Pásatelo bien! (Le cierra la puerta)
ALBERTO: ¡Por fin se ha ido, lástima que sea en el mismo edificio!
PILAR (preocupada y con lágrimas): ¿Te has dado cuenta que posiblemente sea la última vez que veamos con vida a nuestro pequeñín?
ALBERTO: Pequeñín, Pequeñín... que está cerca de los cuarenta, Pilar.

Llaman al timbre del Bajo B

PILAR (contenta): ¡Ya ha vuelto! ¡Qué pronto vuelve!
ALBERTO: ¡¿Qué?! ¡Pero si es peor el hijo que la madre!
PILAR (abre la puerta): ¡Mig...! (eran Úrsula y María Luisa) ¡Ah, qué sois vosotras!
ALBERTO: Las que faltaban...
URSULA: ¡Voy a salir en televisión esta noche!
MARÍA LUISA: ¿Qué te pasa que estás tan preocupada?
PILAR: Mi hijo... que se ha ido a la casa de mis alquiladas, y no me espero nada bueno.
MARÍA LUISA: ¡Bueno, ¿jugamos o qué?! ¡Ya si eso luego subimos a cotillear un poco!

Al mismo tiempo, en el 1ºA, Julián daba vueltas por el salón mientras llamaba por teléfono a Olimpia.

JULIÁN: ¿¡Olimpia, dónde estás!? ¡¡Llevo desde la hora de comer esperándote!! ¡Alguien ha entrado en casa, seguro que algún vecino con las llaves del conserje, y se ha llevado el sobre lleno de dinero de la comunidad! ¡Las cuotas, 10 pisos más 2 locales! ¡Y menos mal que el sobre era sólo de nuestra comunidad, si llega a ser de los dos edificios restantes se hace rico! (Sigue sin responderle por móvil) ¿¡Olimpia, dónde estás!?

Olimpia abrió la puerta de casa y llegaba con un montón de bolsas.

OLIMPIA: ¡Hola cariñooo! ¿Qué tal todo, bien? ¡Anda, ayúdame a dejar todo esto en su sitio!
JULIÁN: Dime que todo eso lo has robado, te ha tocado la lotería o es la herencia de tu madre que acaba de fallecer... pero que no sea lo que estoy pensando ahora mismo. ¡Qué problema! ¡QUÉ PROBLEMA!
OLIMPIA: ¿Qué pasa, cariño?
JULIÁN: ¡Sabes perfectamente lo que pasa, que acabas de robar el dinero de la comunidad!
OLIMPIA: Ah... ¿El sobre ese lleno de dinero era para la comunidad? pensé que como te estabas portando tan bien conmigo, era otro regalo más.
JULIÁN: ¡¡OLIMPIA NO MIENTAS QUE TE CONOZCO!! ¡AY DIOS, ME VAN A AHORCAR EN LOS COLUMPIOS!
OLIMPIA: ¡Vale, sí! ¡Lo robé! ¿Pasa algo? ¡Estoy que me muero del asco en esta casa y mi ropa es más anticuada que la de las viejas de enfrente!
JULIÁN: ¡Pues ya vas sacando unos pasaportes falsos porque tenemos que huir de España!
OLIMPIA: Tampoco será para tanto...
JULIÁN: ¿Para tanto? ¿¡PARA TANTO!?
OLIMPIA: No te desquicies más, ni te tires de los pelos que te quedas más calvo...
JULIÁN: ¡Cómo se enteren, lo que está pasando en Túnez o en Egipto con sus revoluciones no tiene ni comparación con lo que pasará aquí!

En el salón del Bajo A, Carmen charlaba otra vez con Fátima.

NEREA: ¿Ésta otra vez aquí? ¡¿Si tiene un ático dúplex para qué quiere un bajo con jardín?!
FÁTIMA: Nerea, tienes que conocer a mi hija Carla ¡Os llevaríais genial!
NEREA: Yo con los pijos de rastrillo benéfico no me llevo bien, lo siento
CARMEN: ¡Chsss, chsss, silencio! ¿No lo estáis escuchando?
FÁTIMA: ¿El qué?
CARMEN: ¡Nerea, baja el volumen de la tele!
NEREA: ¡A sus ordenes mi capitán! (Lo baja)
FÁTIMA: ¿No son los presidentes discutiendo? (Las tres se quedan mirando al techo)
CARMEN: Sí, lo son. ¿Pero qué dicen? Entiendo algo de que han robado...
NEREA: Que la tipa esa ha mangado las cuotas de la comunidad
FÁTIMA: Ah... vale... vale. (Se da cuenta) ¿¡QUÉ!?
CARMEN (Se levanta): ¡MANUUUUUUU!
MANU (Desde su habitación): ¿¡QUÉEEE!?
CARMEN: ¡DESPIÉRTATE DE LA SIESTA AHORA MISMO QUE TENEMOS JALEO!
Marta y Miguel se encontraban en la cocina del 2ºC, mientras que Mónica y Miriam veían la televisión.

MARTA: ¡Tienes que cortar más pequeñas las hortalizas!
MIGUEL: ¡Me voy a cortar los dedos!
MARTA: ¡Qué no tonto, no pienses en eso que soy la primera en desmayarse al ver tanta sangre!
MIGUEL (Susurra): ¿Y tus amigas cuándo se van?
MARTA: Y ahora lo pones en un recipiente y lo lavas con agua... (Susurra) No lo sé, no lo sé.
MIGUEL: (Susurra) ¡Yo quiero estar a solas contigo!
MARTA (cambiando de tema): ¡Bueno, empecemos de nuevo, por algo fácil...! eh... ¡Un huevo frito! (coge uno, lo abre y echa la yema y la clara a la sartén) ¡A ver, pregunta de examen ¿cuánto tiempo tiene que estar en la sartén?!
MIGUEL: Y dale... sigue ignorándome. Oye, que si me tengo que sentir ignorado me vuelvo con mi ex, que por lo menos me ponía los cuernos y yo tan feliz que ni me enteraba.
MARTA: Es que igual tú me quieres solamente para un polvete y yo quiero algo más... a veces pienso que tienes la capacidad emocional de un ladrillo.

Miriam y Mónica se acercaron a ver qué cocinaban

MÓNICA: ¡Mmm, qué buena pinta tiene todo!
MIRIAM: ¿Qué pasa pareja, cómo va todo?
MARTA (se sobresalta): ¡Ah, qué por darle clases a Miki ya tenemos que ser pareja, ¿no?! ¡¿En qué mundo vives?! ¡Sólo le estoy enseñando a cocinar, nada más! ¡Y ya sólo por mirarme a los ojos, dentro de 9 meses tendré un regalo, un precioso mocoso! ¡PUES NO, CLASISTA!
MIRIAM (sin entender nada): …No he dicho nada..
MARTA: Pues eso... me he acalorado un poco. ¡Es el clarete que me he tomado!
MÓNICA: No, si aquí lo único ‘clarete’ que ha quedado, es que no pintamos nada, qué humos... luego vendremos... (Se van del piso)
MARTA: Jo, ahora me siento la mala de la película... Cruela de Vil versión alquilada.
MIGUEL: Bueno... lo importante es que las petardas de tus amigas se han ido
MARTA: ¿Petardas? ¿Petaaardas? ¡Qué poco las conoces!
MIGUEL: ¿Vamos a dar ese paso o qué?
MARTA: ¿Tan pronto...? ¡Pero prométeme que sólo va a ser un tralarí-tralará por semana! ¡Me agobia mucho!

Minutos después, Marta se encontraba en ropa interior en la cama, mientras que Miguel salía del baño y se metía en la cama, ambos se tapan hasta arriba con las sabanas, mantas y el edredón.

MARTA: Qué frío tengo... tus padres no son capaces de ponernos radiadores...
MIGUEL: Bueno... ¿quién empieza? (Hay un silencio incómodo y Marta tose)... venga, yo... (se quita los calzoncillos)
MARTA: Qué nerviosa estoy... (Se quita las bragas) ¡Ala, ya estamos los dos! (Vuelve el silencio incómodo)... qué frío hace, sí.
MIGUEL: ¿Nos besamos? (se acerca a ella)
MARTA (cambiando de tema): ¡Qué habitación más bonita, qué buen gusto tienes!
MIGUEL (extrañado): ¡Pero si es la tuya!
MARTA: Ah... sí, sí, sí (se ríe)
MIGUEL: Qué sonrisa más bonita tienes (consigue besarla, ella tarda en reaccionar, pero a los diez segundos se separa) ¿Qué te pasa?
MARTA: ¡Vamos muy rápido Miki!
MIGUEL: ¿Rápido? ¡Me faltan 10 años para cumplir medio siglo! ¡No puedo ir lento en esta etapa de mi vida!
MARTA: Ya... sí... pero...es...que...
MIGUEL: ¿No te gusto?
MARTA: Sí, sí, sí, si me pones mucho... quiero decir, me gustas mucho, pero no estoy preparada. Le tengo miedo al compromiso porque todos los hombres sois penes con patas. ¡Estoy hecha un lío, yo quiero alguien que me quiera, pero siempre he tenido fracasos sentimentales a tutiplén! Si en la universidad me llamaban La fracasada.
MIGUEL: ¿Y qué tengo que hacer para que pienses que no soy ningún pene con patas?
MARTA: Esperar... por favor. Cuando llegue el momento, llegará.
MIGUEL (resignado): Pues yo espero con toda la tranquilidad del mundo, qué se le va hacer...
MARTA: Gracias... por lo menos, durmamos juntos, abrazados, en plan amigos. ¿No?
MIGUEL: Sí tú quieres, hecho (la abrazó).

Pilar, Úrsula y María Luisa se encontraban en el rellano del segundo. Pilar llevaba las llaves del 2ºC para abrir, ya que era la casera.

MARÍA LUISA: ¡Éstos están dale que te pego en la habitación! ¡Pilar, no tengas compasión, agárrale de los pelos a la pija esa y córtale el miembro a tu hijo, ya verás cómo cambiarán las cosas!
URSULA: ¡Si la tiene que tirar de los pelos, que lo haga rápido, que tengo prisas! (Repitió otra vez ilusionada) ¡Saldré en la tele!
PILAR: ¡Se va a enterar la pija mal nacida esa, si es que me fijé en ella desde el principio y tarde o temprano pasaría algo así! ¡La juventud de hoy en día está fatal! ¡Va a tener que ponerse implantes de pelo! (Abre la puerta y entra en el 2ºC. Habla más tranquila) ¿Hola, hay alguien? Soy Pilar y vengo a revisar los desperfectos.
Úrsula y María Luisa también entraron y se quedaron en el salón.

MARÍA LUISA: ¿Tenemos que tirar algo, romper algún objeto para que parezca que las alquiladas te tienen la casa hecha una mierda...?
ÚRSULA: La verdad que está todo muy limpio. ¡Qué lujo de alquiladas!
PILAR: ¿Pero dónde están? ¿Dónde? ¡Mi hijo me había dicho que subía aquí, AQUÍ!
MARÍA LUISA: ¡En la vitrocerámica no hay nadie, así que estarán dale que te pego en el dormitorio, como toda la vida, si eso no cambia!

Pilar abrió la puerta del dormitorio de Marta, y se encontró a ésta leyendo un libro en la cama, tumbada y tapada hasta arriba.

MARTA: ¡Uy! ¡Doña Pilar, no la he escuchado entrar! ¿Qué hace usted por aquí, necesita algo, café, azúcar...? está todo en perfectas condiciones.
MARÍA LUISA: ¡Qué mala suerte, yo que pensaba que estaría tirándose a Miguel!
MARTA: ¿A quién? no, no. ¡Para nada!
PILAR (Borde): ¡¿Dónde está mi hijo?!
MARTA: Se fue hace unos minutos Doña Pilar. Estará dándose una vuelta por el descampado de enfrente...
PILAR: Eso espero... adiós (cerró la puerta del dormitorio. Marta se levantó y salió al salón. Su casera y las viejas se habían ido de casa) ¡Ay, menos mal! ¡No nos han pillado haciendo nada!
MIGUEL (saliendo de debajo de la cama): Recalca eso, ‘haciendo nada’, sólo faltaría que mi madre me escupiera en la cara, gritando como una loca, al verte contigo y sin hacer nada, pero nada de nada.

En el rellano del primero, la mayoría de los vecinos se encontraban aporreando la puerta del 1ºA, la puerta de los presidentes.

CARMEN: ¡ABRID LA PUERTA! ¡No sé para qué hay un presidente llamado Julián en la comunidad! ¿Hay que recordar que otro Julián, esta vez Julián Muñoz era un chorizo en Marbella?
FÁTIMA: Yo no voy a aporrear la puerta no vaya a ser que me rompa una uña o algo... Oye Gines ¿Tú podrías aporrear por mí?
GINES: Claro que sí Doña Fátima... claro que sí... ahora mismo cojo unos guantes y aporreo la puerta por si hay gérmenes...
EVA: ¿Y no podéis darle al timbre como el resto de la gente normal?
CARMEN: ¡Vosotros tanto criticar, tanto criticar... podrías ayudar un poco, al fin y al cabo si no hay dinero, porque la loca de Olimpia lo ha robado, vosotros no vais a cobrar!
EVA Y GINES (aporrean la puerta): ¡ABRID!
MARÍA LUISA: ¡Anda qué... qué movidas! ¡PRESIDENTES, IROS A CAGAR!
PILAR (se acerca al extintor): ¡QUE ALGUIEN ME AYUDE!
ALBERTO: Qué no estás para hacer esos trotes...
PILAR: ¡Voy a tirar el extintor a la puerta!
MARÍA LUISA: ¡A QUE NO HAY HUEVOS!
FÁTIMA: María Luisa... ¿Y Úrsula, dónde está?
MARÍA LUISA: ¡Se ha ido a casa a ponerse guapa, con toda su pena, ya que tiene que salir esta noche en la tele!
CARMEN: ¿En la tele? ¿Con las monjas cocineras de la TDT?
MARÍA LUISA: ¡No, con el programa de la pelirroja!

Manuel, Belinda, Gonzalo, Gustavo, David, Lourdes, Marcos e Ingrid aparecieron en el rellano.

INGRID: ¿Pero qué pasa, pero qué invento es este? ¿¡Porqué tanto ruido!
ALBERTO: Olimpia, que se ha hecho la compra del mes, o del año, con el dinero de la comunidad.
MARCOS: ¿Estáis de broma, no?
GUSTAVO: ¡Fátima, estás en todos los jaleos de la comunidad!
MANUEL: ¡Carmen, lo mismo digo! ¡Qué obsesión!
GONZALO: A ver... seguramente podremos charlar con los presidentes... (Se acerca a la puerta)
PILAR: Si no nos ha hecho caso a la gente normal, menos a los invertidos. ¡Chsss, estos gays se creen los reyes del mundo por casarse ahora! ¡ESTÁIS HACIENDO AÑICOS EL PAÍS!
ALBERTO: Ya os saldrá alguna cura y nos daréis las gracias
GONZALO: ¿Pero qué os tomáis? ¡Qué gente...!
DAVID (se acerca a la puerta): Julián, Olimpia, podéis salir y charlar con toda tranquilidad ¡No pasará nada!
ALBERTO (aporrea la puerta): ¡SÍ, NO PASARÁ NADA... NADA BUENO! ¡SAL DE AHÍ, FRACASADO!
LOURDES: ¿Hay que llamar a la ambulancia o algo? veo que habrá una matanza.
CARMEN: ¡¿A ver, quien es la más gorda?!
ALBERTO: Mi mujer...
CARMEN: ¡Pilar, ponte de ariete contra la puerta!
PILAR (le da una colleja a Alberto): ¡IMBECIL! (a Pilar) ¡ENVIDIOSA!
CARMEN: ¿Envidiosa, yo?
FÁTIMA (intenta tranquilizar): ¡Chicas, chicas, que no cunda la anarquía! ¡El enemigo... los enemigos (se corrige) son los presidentes, no nosotras!
CARMEN: Es verdad, es verdad...
Dentro del 1ºC, Olimpia y Julián llevaban todos los muebles posibles hacia la puerta.

JULIAN: ¡Ayúdame con el sofá!
OLIMPIA: ¡No puedo, estoy intentando llevar esta silla!
JULIAN: ¡¡ES QUE NO ENTIENDO PORQUÉ HAS TENIDO QUE ROBAR DINERO!!
OLIMPIA: ¿¡Ya estamos!? ¡Todos los presidentes roban un poquito de dinero... tampoco es tan malo!
JULIAN: ¿¡QUÉ NO ES TAN MALO!?
OLIMPIA: ¡Era un caprichillo, nada más!
JULIAN: ¡Qué problemón, qué problemón! ¡Si al menos me hubieras comprado ropa a mí también... pues todavía! ¡Pero sólo piensas en ti!
OLIMPIA: ¡No, en mí sólo no, porque me iba a poner un poco de botox pero pensé en ti porque... porque si me pongo botox, seré una rompecorazones, tendré miles de amantes y a ti te echaría de casa!
JULIAN: ¡Pero si la casa está a nombre de los dos! (Coge las bolsas de ropa) ¡DECIDIDO! ¡PIENSO IR A DESCAMBIAR ESTO! (Sigue oyéndose a los vecinos en el rellano)... por las escaleras no puedo ir... (Se queda mirando la terraza)
OLIMPIA: ¡No te lleves mi ropa, déjame al menos las zapatillas de andar por casa! ¡Tanta ropa y no me he probado nada! ¡Ni los taconazos! ¡QUÉ DESGRACIA! (Se queda mirando a Julián) ¿Qué haces mirando a la terraza?... ¿¡NO PENSARÁS TIRARSE POR AHÍ!? ¡No te mates que el negro de luto me queda como la mierda!
JULIAN (con la mayoría de las bolsas en sus manos): ¡Me voy a tirar, no hay que pensar más! (Sale a la terraza) ¡Deséame suerte! (Se sube a la valla)
OLIMPIA: ¡Suerte!
JULIAN: ¡ALLÁ VOY! (Se tira)

Justo al momento de tirarse por la terraza, el resto de los vecinos tiraron la puerta abajo. Olimpia pegó un grito al ver a Julián tirarse al vacío, mientras que los vecinos fueron corriendo hacia la terraza.

MARÍA LUISA: ¡COÑO, QUE SE HA SUICIDADO!
PILAR: ¡Vámonos de funeral!
INGRID: Qué comunidad...
BELINDA (melancólica): ¡Ay, pobre, ha puesto en peligro su vida como hizo Matías en su momento...!

El cuerpo de Julián había caído a la mesa de madera que Carmen tenía en el jardín. Estaba inmóvil.

OLIMPIA: ¿Julián, te encuentras bien?
JULIAN (susurrando): Qué alguien me lleve al hospital...
MANU (muy triste): Pero si esa era mi mesa preferida... donde ponía los choricillos y los filetes de la barbacoa...
CARMEN: Sí, sí, mucho hospital pero ¿me pagaréis la mesa, no?
OLIMPIA: ¡Anda! ¡Y a mí me tenéis que pagar la puerta, que me la habéis tirado!
PILAR: ¿La puerta? no sigas hablando no vayas a ser la siguiente en caerte por la terraza...

Horas después, ya era de noche, y Karen comenzaba una nueva andadura en un programa. Era un decorado muy triste, muy apagado, los pocos focos del programa apuntaban a la silla de la presentadora y de la entrevistada.

KAREN: Bienvenidos esta noche a la nave del mister... de las entrevistas. Sí, cómo podéis ver, no soy Juana San Antonio, que se encontraba enferma y yo, Karen Sandoval, la sustituiré por unos cuantos programas... pero antes, demos paso a nuestra primera invitada. ¡Úrsula Corberó!
URSULA: Encantada... pero Corberó no es mi apellido.
KAREN: Ah, cierto... ya decía yo que no aparentabas ni 20 años... (Sigue mirando sus tarjetitas) ¿Pero tú cuándo has salido en ‘Física o Química’? ¿Y en ‘República’?
URSULA: ¿¡Perdona!? ¡Yo aquí iba a venir a hablar sobre mi vida de vedette, mi carrera cinematográfica Y NO HABLAR PARA NADA DE MASSIEL! ¡NO ME PREGUNTES NADA SOBRE ESA ENVIDIOSA ROBACANCIONES PORQUE NO PIENSO CONTESTAR!
KAREN (muy nerviosa): Eh... insultos no, gracias. (Sigue leyendo sus tarjetas) ¿Cómo fue la experiencia de trabajar para Antena 3 y ser una estudiante, interpretar a Ruth? (Silencio) ¡Esto está mal!
URSULA: ¿¡Te estás riendo de mí!? ¡¿Sí, verdad?!
KAREN: Eh... (Se quedó en blanco)... Voy a tener más críticas que Pilar Rubio por OT... (Empieza a sudar) ¿¡Qué tal las Navidades!?

El director del programa hace un gesto cómo si se terminara la entrevista.

DIRECTOR: ¡FIN! ¡ANUNCIOS! (se acerca) ¡Muy mal Karen, muy mal! ¿y ésta quien es? ¡Hoy entrevistábamos a Úrsula Corberó, no al Casco histórico de la ciudad!
URSULA: ¿¡ENCIMA QUE VENGO AQUÍ A SUBIROS EL SHARE ME TRATAÍS ASÍ!? ¡Tú no sabes con quien estás hablando! (Mira a cámara) ¡Quiero saludar a María Luisa! ¡Que no se te olvide tomarte las pastillas!
KAREN: Por favor... Ursula, deja a tu amiga y compañera de piso y... encima ¡no estamos grabando! ¡Director, todo tiene una explicación!
DIRECTOR: ¡No, ya está todo solucionado, la chacha de la limpieza tiene más control y desparpajo que tú! ¡No sé ni para qué te he dado una segunda oportunidad! ¡FUERA DE AQUÍ AHORA MISMO!
KAREN: ¡Já! ¿Entonces quién va a presentar este programa cuando vuelva de la publicidad?
DIRECTOR: ¡No lo sé, tenemos 5 minutos para buscar a alguien, pero tú no vuelves aquí!
KAREN: ¡Poned el signo del +18 y enseño una teta, o algo, como quien no quiere la cosa! ¡Pero no podéis dejarme solaaaaaa! (Empieza a llorar)

Pocos segundos después, dos guardias de seguridad echaron del edificio a Karen y a Úrsula

KAREN: Qué poco respeto me tienen... se creen ya que éstos por tener una página en Wikipedia son alguien.
URSULA: Asume cuánto antes que vivirás sola, comerás sola, tendrás sexo sola, y todo sola... y morirás sola. ¡Asúmelo, estás a tiempo! ¡Este verano si me sale alguna gira internacional, te llevo conmigo!
KAREN: Sí... Sí... (Vuelve a llorar) ¡¡SOY UN DESASTRE!! ¡Lo que no tengo de fea lo tengo en mala suerte!


Escrito por LQSA_Recio.

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