4 ago 2011

Capítulo 1x02 "Un reto, una venganza y un futuro rival para Harry Potter"

La Atalaya del Arcipreste
1x02 “Un reto, una venganza y un futuro rival para Harry Potter”

Un nuevo día surgía en Atalaya del Arcipreste, era verano y el sol derretía todo a su paso. En el segundo piso, más exactamente en el 2ºA, la casa de Belinda, salía Eva, la jardinera con su ropa de trabajo.

EVA: Bueno, Bel, si tienes alguna duda sobre las plantas, ya sabes, me consultas sin ningún problema.
BELINDA: Gra... gracias Eva, estas semanas estoy olvidando las plantas y no quiero que se me mueran... (Se pone a llorar) ¡Matías, él también se murió!
EVA: Mujer, háblale a las plantas, dicen que es bueno para su crecimiento. Si necesita más ayuda ya sabe donde estoy, en la garita con el conserje nuevo.
BELINDA: Vale, vale... ¡Espera! ¿Cuánto es?
EVA: Nada, todo gratis, invita la casa.
BELINDA: Que no mujer, que entre cambiarle la tierra, ponerle vitaminas y agua a las plantas has tardado y te has esforzado bastante. ¿Cuánto quieres?
EVA: Que no...
BELINDA: Que sí
EVA: Nada, pues ¿cincuenta euros?
BELINDA: Joder... bueno, que ahora pensándolo mejor, no has hecho gran cosa
EVA: Siempre puedo marcharme de la comunidad como hizo Rural y los vecinos te echarían la culpa.
BELINDA: Está... está bien (Le da cincuenta euros que se los guarda en el sujetador)
EVA: Pues ná, muchas gracias. ¡Hasta otra!

Eva estaba bajando las escaleras por el primer piso cuando las ancianas Úrsula y María Luisa la increparon

URSULA: ¿Qué tal está la rubia?
MARIA LUISA: ¿Huele a muerta?
EVA: Señoras, que morbosas sois. Simplemente he ido a regarle las plantas y cambiarle la tierra. Nada más, la pobre lo está pasando mal con la muerte de Matías, y el tener a un niño negrito, pues muchos por el barrio que no la conocen, ya creen que se tiró a un negro y nueve meses después le salió el regalo
MARIA LUISA: ¿No lo había adoptado?
URSULA: Sí... o eso es lo que dice ella. ¡A saber lo que hicieron en África Matías y Belinda tanto tiempo! la adopción no creo que dure tanto, unos papeles y ya está, nada de irse varias semanas al continente africano...
MARIA LUISA: Sí... algo esconderá. Todas las rubias esconden algo, y lo primero, es que todas son teñidas. Salvo tú, Ursula, querida.
EVA: Qué insoportables sois. ¿No entendéis que lo pasa mal?
URSULA: ¡Aquí las preguntas las hacemos las propietarias! ¡Y ya me estás regando a mí también las plantas! ¡Entra para mi casa ahora!
MARIA LUISA: Sí, sí, que nos duele la espalda, el cuello, la dentadura ¡Todo el cuerpo! ¡Ay, maldita edad!
EVA: No señoras, no. Yo solo se lo he hecho a una amiga... que ni lo es, pero suena bonito
URSULA: ¿¡LE ESTÁS DICIENDO A UNA ARTISTAZA COMO YO QUE NO ME VAS A REGAR LAS PLANTAS!? ¿TÚ SABES CON QUIÉN ESTÁS HABLANDO?
EVA: (Se tapa los oídos) Estoy ocupada (se puso los cascos y empezó a escuchar música)

Eva siguió bajando las escaleras, mientras que Úrsula y María Luisa se quedaron en el rellano bastante enfadadas

URSULA: Ésa no sabe con quien se ha metido, no, no, no.
MARIA LUISA: ¿¡Qué vas a hacer!?
URSULA: ¿No le gustaban las plantas?
MARIA LUISA: Sí
URSULA: Pues venga, ¡entra para casa!

Ambas entraron en su casa corriendo y se dirigieron a su terraza, que estaba llena de macetas. Mientras, Eva salió del portal para entrar en la garita cuando Úrsula tiró una de sus plantas. Por suerte no le dio.

EVA: (Quitándose los cascos) ¡Coño, que susto! yo ya pensaba que era un bombardeo o un ataque de los Montepinarianos (mira hacia arriba) ¡Señoras, cuidado!
URSULA: ¿Perdona? ¿Decías algo?
MARIA LUISA: ¡Jardinera, ten cuidado con nosotras porque lo primero ha sido un intento de “macetocidio” pero lo siguiente puede ser peor! (Mira a su amiga y le susurra) ¿Qué puede ser peor? (Piensa y grita a Eva) ¡Ah, te incendiamos la cortacésped!
EVA: Qué mal le sientan cumplir años a algunas...

De la garita, salió Gines, que era el nuevo conserje del inmueble. Al ver el suelo lleno de tierra se quedó sorprendido.

GINES: Joder, cada día la gente es más guarra, y eso que llevo menos de una semana aquí ¡¿Qué va a ser lo próximo, tirar la basura por la terraza?!
URSULA: ¿Se puede hacer eso?
EVA: Anda, mírala como la vieja cuando quiere sí escucha.
URSULA: ¡Yo no soy vieja!
MARIA LUISA: Ursula, vamos para el salón que ya empieza el Programa de Ana Rosa
URSULA: Ois, sí, sí, ¡venga! (Ambas entraron en sus casas)

EVA: Por fin se ha ido.
GINES: Pues yo esto no lo pienso limpiar. A mi me dijeron que la gente de aquí no era nada sucia, pero vamos, una granja llena de cerdos son más limpios.
EVA: Te acostumbrarás, la muerte del presidente ha sido un boom para todos, todos se han enloquecido, ya llevábamos unos meses mal, pero la puntillita estalló con su muerte.
GINES: ¿Es tradición morir siendo presidente? Lo digo por Julián, el nuevo.
EVA: No, hombre, no. Esto no es el Titanic (Se puso los cascos) Yo me voy a pasar la cortacésped ¡Hasta luego!

Eva se fue. Por la calle llegaban con bolsas los propietarios del Bajo B, Alberto, Pilar, Miguel y el pequeño Óscar.

PILAR: No me gusta el nuevo supermercado que han abierto en el Señorío de la Marazuela
ALBERTO: La verdad que no había nada bueno ahí, y los periódicos eran de la semana pasada
PILAR: No. ¡La cajera! ¡Era sudamericana!
ALBERTO: A ver si en vez de perejil has comprado frutas de esas raras alucinógenas que traen de la selva.
PILAR: Ya tendré cuidado, ya. En cuanto llegue a la cocina, me pongo los guantes de látex.

Óscar y su padre iban detrás.

OSCAR: Papá (susurra) ¿los abuelos son racistas?
MIGUEL: No, es por la medicación que toman, que ya tienen una edad bastante considerable.
OSCAR: Ah, es que el novio de mamá, el negro ese, a mí me caía bien. Aunque no entendía muchas veces lo que decía.
MIGUEL: Ya, hasta que aprenden español, les cuesta.
OSCAR: Y encima le veía poco.
MIGUEL: ¿Trabajaba?
OSCAR: No, es que estaba casi todo el día metido en la habitación con mamá. No me dejaban entrar.

Miguel al oír eso, se quedó desconcertante, por lo que no vio la farola y se dio en toda la nariz.

OSCAR: ¡Papá! ¿Estás bien?
PILAR: ¡Ay mi niño! ¡Nada, nada, Alberto, date prisa y ve abriendo la puerta! (Entran en el portal) ¡¿Te duele la nariz?!
MIGUEL: Me duele la nariz más que los cuernos.
GINES: Buenos días ¿Les pasa algo?
MIGUEL: No nada, un ostión en la nariz, lo de siempre.
ALBERTO: Pilar, mira que te dije que el niño nos iba a salir tonto... y no me equivoqué.
GINES: ¿Un ostión? pues tranquilidad, que yo sé de primeros auxilios. Túmbese.
OSCAR: Papá, menudo espectáculo estás montando
MIGUEL: Hijo, esto no se lo cuentes a tu madre.
PILAR: ¿Pero seguro que usted sabe de primeros auxilios?
ALBERTO: ¡Qué va a saber ese ser con cara de indigente de cajero automático!
GINES: Oye, sin faltar ¿eh? ¡Túmbese!

Miguel se tumbó y Gines, segundos después, le dejó peor la nariz

GINES: A ver, ¡que hay que estudiar! El hinchazón que te acabo de hacer es normal, la piel está acostumbrándose al crujido que ha hecho el hueso.
PILAR: ¡Cómo le pase algo a mi niño, se va a enterar! ¡Y limpia el suelo que está lleno de tierra!
ALBERTO: Desechos sociales... nosotros dándoles oportunidades y así nos lo pagan. (Los cuatro entraron en su casa)

En el salón del Bajo B Manuel veía la tele, Rubén dormía y ambos estaban tumbados en el sofá. Por otra parte, Nerea estaba en el jardín hablando por móvil con sus amigas y Carmen cogía la ropa sucia para ponerla en el cesto y llevarla a la lavadora.

CARMEN: Anda que vida lleváis... ¡No os podéis quejar!
MANUEL: Estoy agotado...
CARMEN: Chsss, los pies no los pongas en la mesa ni loco ¡Ni Menchu ni Mechas! Hay que comportarse como gente civilizada.
MANUEL: Quítate de enfrente que no veo la tele
CARMEN: ¡Pero bueno, ¿tú te oyes?! Hoy mismo te coges un periódico y a buscar trabajo
MANUEL: El que tengo al lado roncando hace menos en casa que Nerea y yo
CARMEN: Déjale... ya levantará la cabeza... ¡Nereeeeea!

Nerea entra al salón.

NEREA: Joder mamá, qué gritos de porcina. ¿Qué quieres?
CARMEN: Llévate a tu hermano a hacer ejercicio.
NEREA: Si yo no hago ejercicio.
CARMEN: Pero a partir de ahora sí.
NEREA: Naaah, me aburre. Voy a seguir hablando por teléfono (se va al jardín y vuelve a hablar por móvil) ¡Esa Yoli! ¿Aún estás por el teléfono? Nada, la mamá que me pone de los nervios, hacer ejercicio dice, psss..., paso ¿y tú que tal de vacaciones? ¡¿Te has acostado con el Rober?! ¡Joder tía que fuerte que me caigo aquí en pleno jardín! ¿Y ahora qué haces? ¿Haciendo deberes? Tú no eres la Yoli de toda la vida, tía ¡La Yoli quemaría los libros! (Su amiga le pregunta sobre un ejercicio) ¿Qué asignatura estás dando? ¡¿En pleno verano, en vacaciones?! ... qué cosa más rara... (Nerea piensa y le dice la solución) los dioses más importantes del Antiguo Egipto eran Isis, Osiris y Fimosis. De toda la vida, chica.
CARMEN: (Entra al jardín) Tú, niña ¿tienes alguna prenda para lavar?
NEREA: Te lo he dejado todo en la lavadora.
CARMEN: Un momento ¿Fimosis? (coge el móvil) ¡Niña, Fimosis es lo que tuvo mi hijo, eso no es un dios, te lo digo yo!
NEREA: (Coge su móvil) ¡Pero mamá! No me cojas el móvil sin mi permiso, y no grites tanto. (Habla a su amiga) Tía, hazme caso, Fimosis es de esa mitología. ¡Te cuelgo, ya me darás las gracias cuando nos veamos de botellón!
CARMEN: Chsss, de botellón nada, que las cosas han cambiado Nerea.
NEREA: Joder (De repente le caen migas de pan en la cabeza) ¿¡Pero buena!?

Olimpia había tendido el mantel del desayuno, caen migas al jardín.

CARMEN: Oye, cuidado que hay gente debajo ¡A ver si miramos más!
OLIMPIA: ¡Ois! Lo siento, pero cuidado, que ahora soy la Presidenta de la comunidad, la dama de honor... puedo hacer lo que quiera.
CARMEN: No, no puedes hacer lo que quieras, porque me llenas de migas de pan el jardín, vienen las palomas y me lo defecan todo.
OLIMPIA: Chica, que sólo son unas pocas migas de pan. Si tanto te molesta pon una pérgola.
CARMEN: Sí, claro, para que me quite luz ¡Me compro un jardín y encima le quito luz!
OLIMPIA: ¡Ah! ¿Que no lo vas a comprar? Pues menos mal, porque no te íbamos a dejar de todos modos, ni proponerlo en la junta. (Vuelve a tender el mantel y siguen cayendo migas)
CARMEN: ¡Y dale!
OLIMPIA: ¿Pero en tu antiguo barrio no estabas acostumbrada a vivir alrededor de mierda? No sé porqué tanta queja...
CARMEN: Tú calla, chacha. Qué sé que trabajas para Fátima. Y sí, me molesta.
OLIMPIA: ¡Ser chacha es un trabajo muy honrado, pero en cuanto busque algo mejor, me quito de ese oficio, una presidenta no puede limpiarte el váter de otros propietarios! Y si tanto te molesta, no haberos comprado un bajo con jardín.
NEREA: Mamá, ésta me da que tiene envidia.
CARMEN: Niña, seguro que quiere guerra ¿quieres guerra? ¡Pues la tendrás! Vale... ¡Nerea, sube la música a toda ostia, la loca de arriba ya me ha mosqueado!
NEREA: ¿¡En serio!? ¡Chunda, chunda! (Empieza a bailar y se dirige a su habitación a poner la música lo más alto posible)

En el rellano del segundo, Marta, Mónica y Miriam llegaban de las compras. Tenían el ascensor lleno de bolsas llenas de productos recién comprados. Miriam fue la primera que se acercó a la puerta de su piso para abrirla.

MIRIAM: ¿Os habéis fijado cómo me miraba el dependiente? Vamos... porque tiene 10 años menos que yo... que si no...
MARTA: ¿diez años menos? Si ese todavía tenía dientes de leche, chica. Es verano y están llenos los supermercados de adolescentes trabajando para conseguir una mierdecilla de dinero.
MIRIAM: Sí... pero cómo me miraba (insiste)
MARTA: Pero si tú sólo lo quieres para un triste y rápido ‘tralarí tralará’, es más bonito tener una relación de amigos al principio, charlar, reír... y luego vendrá todo lo demás sin prisas... pero pocos tíos hay así.
MIRIAM: Sí, uno. El tal Enrique de Montepinar, pero lo veo muy mayor. La única vez que lo vi me acordé de ti. Un tío así de soso te vendría genial para ti.
MARTA: ¡¿Insinúas que yo soy sosa?! Tú no me has visto las fiestuquis que tenía en la universidad.
MIRIAM: ¿Fiestuquis? (Consigue abrir la puerta de su casa. Entra) No me lo quiero imaginar, gracias.
MONICA: Venga, bah, ayudadme con las bolsas, que como se entere algún vecino de que el ascensor está ocupado nos matan. (Busca entre las bolsas) ¿¡Y el coñac!? ¡¿Me lo he dejado en el supermercado?!
MARTA: Que no, tonta, que lo tengo yo en mi bolsa.
MONICA: Ah, pues rápido que se calienta, llévalo al frigorífico.

Las tres entraron en la casa, se dirigieron a la cocina y dejaron las bolsas en la vitrocerámica. Mónica, por su parte, fue al baño.

MÓNICA: Ahora vuelvo, que me ha entrado un apretón.
MARTA: Tampoco hay que ser tan gráfica.
MIRIAM: Normal que le entre un apretón, si es que ya hasta suda alcohol. No para de beber.
MARTA: Tenemos que prohibirle que se acerque a la cocina, a ver si va a arder (Se ríe)
MIRIAM: Deja de hacer chistes malos, que no sé lo que es peor.
MARTA: Cómo se nota que soy la única que cocina de las tres. ¿Nunca me habéis visto flambear? Echarle alcohol a la comida, que sale fuego. Así “fius, fius” (Gesticula con las manos) Pues con Mónica, igual (llega Mónica)
MÓNICA: ¿Pasa algo? ¿Qué pasa conmigo?
MIRIAM: Nada, nada. ¿Tú quieres hacer algo a la sociedad? ¿Sentirte útil?
MÓNICA: Claro, a ver si el jefe me echa del trabajo y entro en el paro. Me sentiría muy útil.
MIRIAM: Más útil aún, me refería
MÓNICA: (Coge el coñac) ¿Cómo que?
MARTA: Apuntarse a Alcohólicos Anónimos. Creemos que pasas demasiado tiempo bebiendo... y no precisamente agua.
MÓNICA: Si yo bebo poco.
MARTA: Ayer te quedaste roncando en el sofá con la tele tienda puesta y un pestazo a alcohol...
MÓNICA: Pero si yo bebo lo que recomiendan los médicos; en el desayuno, comida, merienda y cena.
MARTA: (Salta de alegría) ¡Ay que chachi guay! ¡Se me acaba de ocurrir una idea!
MIRIAM: La ultima vez que se te ocurrió una idea acabamos las tres en el baño vomitando... esa comida rara que hiciste no tuvo éxito.
MARTA: ¿Y si hacemos un reto?
MÓNICA: Bueno...
MIRIAM: Mmm..... ¿De qué trataría?
MARTA: Durante una semana tenemos que intentar ser mejores personas.
MÓNICA: ¡Paso, demasiado aburrido!
MARTA: Que no tonta, que va a ser muy buena idea (Las tres se marchan de la cocina y se sientan en el sofá) Tú en una semana debes de intentar no beber alcohol, Miriam intentará no tirarse a cualquier pene con patas y yo...
MIRIAM: ¿Eh? ¡Perdona, no! ¡Menuda injusticia, es como si a una señora mayor le quitan la dentadura postiza!
MARTA: Yo... a ver... yo...
MÓNICA: ¿Dejarás de comer comida macrobiótica? ¡Que chorrada! ¿Dónde está la gracia de eso?
MARTA: Yo intentaré en una semana... encontrar al amor de mi vida.
MIRIAM: No me convence ¿eh? Una semana sin estar con ningún tío... ¿Quedaban pilas en el vibrador?
MÓNICA: No, tu vibrador iba con batería, que tenía el cargador en el huevo derecho. Era mi vibrador el que iba con pilas, que hay que comprar, por cierto, pero de las buenas, de las de Duracell.
MIRIAM: Ah, sí, sí, es verdad... El reto realmente no me convence, pero venga, un reto es un reto.
MARTA: Somos las Mosqueperras. (Mira el reloj) ¡Desde... ya comienza el reto!
MÓNICA: Joder, espera a que me termine el coñac por lo menos. (Se lo intenta beber de la botella)
MARTA: Está bien... ¡Que te atragantas, bruta!

De repente empezó a temblar el suelo y las paredes. Se escuchaba una música muy potente que procedía del Bajo A, de la habitación de Nerea.

MIRIAM: ¡¿Y ahora qué pasa?!

En el portal, la mayoría de las vecinas de La Atalaya daban manotazos a la puerta del Bajo A, donde provenía el ruido.

KAREN: Mira que yo procuro no meterme en vuestros jaleos y pago las derramas si hay que pagarlas... pero vamos, estaba tan tranquila estudiando el guión de mi programa y me encuentro con esta música ¡necesito estudiar!
OLIMPIA: ¡La choni se ha vuelto loca! ¡Si es que debería haber ahorrado un poco más y comprarme el bajo!
PILAR (dando un manotazo a la puerta): ¡Salid de ahí, cobardes!
MARIA LUISA: ¡Qué bien, con esta movida ya echamos toda la tarde aquí! Perdonad, ¿va a haber violencia?
PILAR: ¡Por las buenas o por las malas, abrid la puerta!

La música seguía sonando cada vez más y más fuerte.

OLIMPIA: Ésta pretenderá que se nos rompan los tímpanos...
KAREN: Pues yo vivo de mi imagen, cómo me la estropeé... no, no me la puede estropear, me niego. Encima que hace poco me han ofrecido hacer un anuncio de pelo Pantene, como a la Carbonero.
MARIA LUISA: Los que trabajáis en la tele estáis rodeados de drogas siempre. ¡Normal, mira que comentarios dices!
URSULA: En mis tiempos actuábamos sin drogas de por medio, con naturalidad.
KAREN: ¿¡Pero qué drogas ni qué sustancias ni qué nada!? ¡Agh, me desesperáis! A ver, en cuanto abran la puerta, dejadme hablar a mí, que soy la única con un poco de cultura y saber estar...

Decidida y con la miraba bien rígida, Carmen abrió la puerta.

CARMEN: ¿¡Qué!?
KAREN: Hola, buenos días Carmen... (La interrumpen)
PILAR: ¿¡Cómo que qué!? Se me están quemando las albóndigas, así que rapidito... haz el favor de bajar el volumen, ¡ya!
CARMEN: Si es que yo no he sido, ha sido mi hija.
OLIMPIA: Pues dile a tu hija que quite el volumen, ¡tan sencillo como eso!
CARMEN: No le obligaré a quitarle el volumen hasta que tú no limpies mi jardín con la lengua para quitar las migas de pan que antes me has tirado.
OLIMPIA: ¡Uy! ¿Quieres guerra, no? ¡Ven aquí! (La coge de los pelos) ¡A ti si que te voy a quitar yo la lengua!
CARMEN: ¿¡Qué que me vas a quitar!? ¡Pooor favor, no me hagas reír! (La coge de las orejas) ¡Tú me quitarás la lengua, pero yo a ti las orejas. ¡Loca!
KAREN: ¡A ver, tranquilas! ¡Que haya un poquito de cordura en la comunidad!
PILAR: ¡Tú tampoco te salvas! (La coge también de los pelos) ¡Esto por tener un programa tan fraudulento en la televisión!
KAREN: ¡Yo solo hago mi papel honradamente, gorda!

En pocos segundos, había surgido una pelea entre Carmen y Olimpia, que otros segundos después la siguió la pelea entre Pilar y Karen. Las viejas se reían viendo la escena.

URSULA: ¿Pero éstas qué desayunarán para tener tanta vitalidad?
MARIA LUISA: ¡Seguro que también se drogan! ¡¿Hacemos apuestas a ver quienes ganan?!
URSULA: ¡Claro que sí! ¡La pelirroja seguro que gana!

Manuel, el marido de Carmen salió al rellano, anonadado con la pelea en la que estaba inmersa su mujer.

MANUEL: ¡Pero Menchu, que te has dejado la lavadora sin poner!

Por otra parte, Gustavo y Fátima bajaron en ascensor, y se encontraron también con esa apocalíptica escena.

GUSTAVO: Qué gente... pero Manuel, preocúpate por tu mujer y no por una simple lavadora.
FÁTIMA: Carmen y su familia son un icono a descubrir, Gustavo, acostúmbrate ¡Buenos días! (A Olimpia) Olimpia, en cuanto termines con este asunto subes a mi casa, ¿eh? a limpiar el baño. Te estará esperando mi hija pequeña. Ya, ya sé que es Sábado y tienes libre, pero hazme ese favorcillo ¡Adiós!

Los pijos salieron del portal, hacia la calle, donde tenían aparcado el coche.
GUSTAVO: ¿Quieres conducir hoy?
FÁTIMA: ¡No, por Dios! Tú, tú... (Entran en el coche y se ponen los cinturones) ¡La comunidad está patas arriba, con Matías sólo había paz!
GUSTAVO: Ya, bueno, todo cambia. Es parte de la historia.
FÁTIMA: ¿Has visto la cara que me ha puesto Olimpia?
GUSTAVO: Es normal que no le guste trabajar los sábados.
FÁTIMA: Ya, pero es urgente.
GUSTAVO: Además, de que ahora es la Presidenta de la comunidad... o lo era, pero vamos, sigue compartiendo piso con Julián, no le hará gracia ser presidenta y chacha a la vez. ¿Tú te imaginas a Ana Botella o a Sonsoles limpiando La Moncloa?
FÁTIMA: Ay... La Moncloa ¡Qué recuerdos me trae!
GUSTAVO: Pero si nunca hemos estado allí, querida (arranca el coche)
FÁTIMA: Aprende a mentir y te irá mejor en la vida. No hemos ido allí, pero en nuestro círculo de vecinos siempre se nos tratará mejor si decimos que tenemos relaciones con la Moncloa. Si te preguntan alguna vez, diles que hemos visto a Zapatero por el campo de golf un par de veces.
GUSTAVO: O que hago abdominales con Aznar.
FÁTIMA: Sí, también, cari, suena bien.
GUSTAVO: Qué tiempo más bueno hace.
FÁTIMA: Sí... y en pleno verano. ¿Cómo que este año no hemos ido al Caribe? Nos estamos apolillando.
Gustavo, ya vamos 2 años seguidos a Marbella, qué poco glamour.
GUSTAVO: Pero si el mes pasado te lo pasaste genial allí, no sé porqué te quejas. El año que viene ya iremos al Caribe, hay tiempo.
FÁTIMA: (saca de su bolso un blog de notas) ¿Adonde íbamos?
GUSTAVO: A una exposición en el Museo...
FÁTIMA: ¡Pero si va a estar lleno de turistas extranjeros con las axilas como Camacho en el Mundial!
GUSTAVO: Es lo que hay en pleno Agosto, no pidas peras al olmo.
FÁTIMA: (Empieza a escribir) ¿Sabes? Se me acaba de ocurrir una idea buenísima... un futuro best seller, voy a transformarme en una choni como Carmen, y conviviré con ella.
GUSTAVO: ¿Vas a dejarme solo con los niños?
FÁTIMA: No hombre, no, cari. No, no y no (volvió a negar) subiré a casa a dormir, claro está.
GUSTAVO: ¿Sólo a dormir? nuestras vacaciones dudo que se estén apolillando, pero nuestra relación en la cama es obvia que sí... (Su mujer le mira con mala cara e intenta cambiar de conversación) Bueno, cuéntame más, ¿cómo se te ha podido ocurrir de repente esa idea?
FÁTIMA: En realidad llevaba ya más de un par de días, diría que tres o cuatro, pensándola, titularé el libro así: ‘21 días con una familia barriobajera’. Y aunque me cueste decirlo, si pasamos con el coche por algún mercadillo, compraré alguna prenda, tengo que vestirme como Carmen, sentirme como Carmen, ser como Carmen. Ser o no ser, esa es la cuestión.
GUSTAVO: ¿Te vas a dejar bigote?
FÁTIMA: ¡Qué dices! ¿Tiene bigote? Uy que fuerte ¡Me caigo muerta aquí mismo!
GUSTAVO: Sí, si te fijas muy bien, te das cuenta de que tiene pelillos.
FÁTIMA: (Empezó a escribir en el blog) Bueno, ya lo dejaré yo mis cremas... (Mira al techo del coche, ilusionada) ¡Un futuro best seller, y ya me veo hasta la versión cinematográfica, dirigida por Steven Spielberg!
GUSTAVO (Irónico): Claro que sí, hija... claro que sí...
FÁTIMA: ¿Decías algo?
GUSTAVO: Eh... sí ¡qué que arte tienes, consigues escribir perfectamente con tu ortografía hasta en el coche!

Marta bajaba al rellano del primer piso acompañada de sus amigas Mónica y Miriam.

MIRIAM: ¿Qué vas a hacer? ¿Encontrar el amor en el 1ºC? ¿No sabes que son gays?
MÓNICA: Yo no sé si voy a aguantar una semana sin beber...
MARTA: (Toca el timbre) Gonzalo ya sé que es homosexual, pero David es hetero.
MÓNICA: Ah... te gusta David.
MARTA: (Nerviosa) Eh... sí, bueno, no, no sé, ¡ay que nerviosa me pones!
MIRIAM: Con lo fácil que es tirárselo en la cama y te despides de él sin remordimientos.
MARTA: Miriam, no todas somos tan putas, hay que entenderlo.
MIRIAM: ¡Ala, ya saltó la anoréxica! ¿Puta porque voy de flor en flor?
MARTA: ¡Estoy a dieta, no soy anoréxica!

Justo cuando se iban a pelear, Gonzalo abrió la puerta.

GONZALO: Hola chicas, ¿qué queréis?
MÓNICA: Marta está buscando a David, que quiere encontrar a su media naranja.
GONZALO: Ah... pues lo siento, David está ocupado.
MARTA: ¿Tiene novia?
MIRIAM: Eso no es ningún impedimento.
GONZALO: Novia no, más bien novio...
MARTA: Gonzalo, que no cuela, que no te lo vas a tirar (Entran las tres)

David estaba viendo la televisión sentado en el sofá.

MARTA: ¡Daviiiid! ¿Qué tal? ¿Qué haces?
DAVID: Hola chicas ¿qué hacéis por aquí?
MIRIAM: Veníamos a ver ese cuerpo apolíneo.
MARTA: Oh, no le hagas ni caso. ¿Qué ves?
DAVID: Un canal de cocina, para pasar el rato.
MÓNICA: (Viendo el canal) ¡Oh dios, está echando a perder el vino blanco!
DAVID: Claro, es parte de la receta.
MARTA: ¿Qué te parece si damos un paseo...? los dos solos, tú y yo, yo y tú.
DAVID: Hoy no tengo ningún paciente.
MARTA: ¡Ay, que bien! ¡Pues venga, vámonos!
DAVID: Pero le prometí a Lourdes ir con ella a comprar...
MARTA: Ah... (Susurra) mierda. ¿¡Bueno, pero da igual, no!? Voy con vosotros.

A David le suena el móvil, se pone de pie.

DAVID: Es Lourdes, me espera en el portal, ven también tú, no hay problema.

Más tarde, David y Marta bajan al portal, y se encuentran con Lourdes.

MARTA: Uf ¡qué gafas!
LOURDES: Gracias ¿a qué son bonitas? Son de mi abuela, parte de su herencia.
MARTA: Ah... deben de costar un pastón.
DAVID: Bueno chicas, ¿nos vamos?
LOURDES: Ah ¿pero ella se viene? ¡David, me dijiste que sólo íbamos a comprar los dos!
DAVID: Sí, ella también se viene. Bueno, esperadme aquí, que voy a coger el coche, que está en el garaje.
MARTA: Vale, no tardes.

David se fue y se quedaron las dos a solas

LOURDES: ¡Tú vas a por él! ¿Verdad?
MARTA: ¿Qué? ¿Cómo?
LOURDES: ¿¡Quieres que tenga celos de ti!?
MARTA: ¡Sólo voy a comprar, simplemente, de verdad!
LOURDES: ¡No! ¿¡Es que una tía como yo no puede conseguir el amor de David y tú sí!?
MARTA: Creo que te estás equivocando...
LOURDES: ¡Zorra! ¡David es mío!

Marta empieza a tener miedo y mira el reloj.

MARTA: Yo me tengo que ir, tengo que hacer... cosas importantes.
LOURDES: ¡Espera cariño! ¿Tú querías conseguir el amor de David, no? Se ve... mira, yo acabo de salir de una relación amorosa muy complicada.
MARTA: ¿La de ese tal Maxi que se había enamorado de una muñeca hinchable?
LOURDES: (Miente) No, chica, yo me refiero a otra relación. ¿Tú quieres encontrar tu media naranja? (Marta asiente) David no es para ti... toma (le da una hoja) aquí está la dirección de Maxi, ese sí es un hombre para ti.
MARTA: (Vuelve a repetir) ¿Ese tal Maxi que se había enamorado de una muñeca hinchable?
LOURDES: Eso son rumores infundados en el edificio, no hagas ni caso.
MARTA: Pues muchas gracias.

Marta le dio dos besos en la mejilla y se fue a Montepinar. Del garaje salió David con su coche.

DAVID: (Baja la ventanilla) ¿Y Marta?
LOURDES: ¡Ay, qué disgusto más grande, le han llamado de la residencia, que su abuela ha perdido la dentadura y necesita una nueva urgentemente!
DAVID: Oh, vaya, que desilusión... bueno, entra, ¿a donde quieres ir a comprar?

Mientras, en Atalaya seguía la música de Nerea retumbando cada esquina del inmueble. Mónica y Miriam tocaron el timbre del 1ºB, el piso de las viejas.

MIRIAM: A ver si podemos jugar al bingo con estas zombies...
MÓNICA: ¿No estarán muertas? Has tocado el timbre y no abren.
MIRIAM: ¿Muertas? No, no huele a muerto.
MÓNICA: Una simple pregunta ¿y para qué hemos bajado?
MIRIAM: Para estar entretenidas... si me entretengo no pienso en los hombres, hay que ganar ese reto.
MÓNICA: Ah... ya... claro... yo pienso siempre en el alcohol, hasta en el alcohol de curar heridas.
MIRIAM: Uf, eso sí que es grave. (Vuelve a tocar el timbre) ¿Pero estas chochas donde andan?

A quinientos metros de La Atalaya del Arcipreste se encontraba Mirador de Montepinar, en el rellano del ático de aquel inmueble, se encontraban Úrsula y María Luisa.

URSULA: ¿Seguro que es aquí?
MARÍA LUISA: Sí, es aquí, vive en el ático B (Toca el timbre)

Una mujer de pelo rubio abrió la puerta, era Estela Reynolds.

ESTELA: ¿Y ustedes quienes son? (Se queda pensativa) ¡Uy, un momento!... Disculpadme... ¡Javieeer, las hermanas de doña croqueta te vienen a visitar, tus tías las del pueblo, coño!
URSULA: No, no, si nosotras no veníamos a por ese tal Javier ¡¿Y cómo que de pueblo?! ¡Jamás, yo soy de ciudad!
MARÍA LUISA: ¿Es usted Estela Reynolds, no?
ESTELA: ¡Una faaan! ¡Dos faaansss! ¡La misma, Fernando Esteso me chup...!
MARÍA LUISA: No, si solamente la conocemos porque hace una semana salía en televisión, la pitonisa Reynolds.
ESTELA: Eso es parte de mi pasado... Oh (se tapa los ojos con la mano) No quiero hablar de eso... ¿Por qué, acaso venís de la televisión? Yo por menos de dos mil euros no vuelvo a la pantalla, y como obligación, debe de ser en 3D, para que mis fans aprecien el volumen de mis pechos.
URSULA: Veras, es que tenemos un presidente nuevo y... no nos convence.
ESTELA: Mire, y yo tengo a un presidente bajito, calvo y su tarjeta de presentación es un pestazo a pescado que echa para atrás, aparte de un acosador salido y aquí estoy... ¿algo más? ¡Que tengo prisa, que he quedado con Adrián, el del gas!
URSULA: Queremos que le eches un mal de ojo a Julián, nuestro presidente, así tendrá una gran desgracia y dejará la presidencia.
MARÍA LUISA: ¿Qué le parece?
ESTELA: Oh... muy bonito, sí, ¡magias oscuras, discípulos de Belcebú y demonios del Averno! .... (Se tranquiliza) pero por menos de quinientos euros, nada.
URSULA: No hemos traído dinero, estamos con los bolsillos vacíos.
MARÍA LUISA: ¿Le sirven las pesetas?
ESTELA: ¡¿Perdoooonaaa, pesetaaas?! ¡Sois unas paletas! ¡Incultas! ¡Locas! ¡Viejas! ¡Estela Reynolds no se sacrifica gratis! (Cierra con un portazo)
URSULA: Pues nada, no ha servido de nada este viajecillo. Me ha roto el tímpano esta perturbada.
MARÍA LUISA: (Mira el reloj) ¡Hay que darse prisa, hay que volver a casa, que en media hora hay junta!

Mientras, en el mismo edificio de Montepinar, Marta llegaba al portal y tocaba el timbre del Bajo B. Un hombre bajito, delgado y de pelo rizado abrió la puerta, era Maxi.

MAXI: ¿Sí, quién eres?
MARTA: Eh... ¿Por desgra... por casualidad no será usted Maxi?
MAXI: El mismo, en carne y hueso ¿Porqué preguntas por mí?
MARTA: (Asustada) Por... por nada...
MAXI: Pase dentro, por favor, guapa, bellezón...
MARTA: No, si me tengo que ir ahora mismo.
MAXI: ¿Tú vives en la Atalaya, no? Lourdes vive por ahí, fue una novia mía. Ahora estoy en una relación muy bonita con Ana Rosa ¿te la presento?
MARTA: (Susurra) ¿Y yo para qué le hago caso a Lourdes?... No, de verdad Maxi, que tengo mucha prisa.
MAXI: No sabes lo que te pierdes, soy especialista en tríos... en mi juventud fui actor porno, pero lo deje, era muy estresante ese oficio. Me equivoqué, claramente...
MARTA: A... Adiós.

Del ascensor bajaban Ursula y María Luisa, y vieron a Marta.

MARTA: ¿Y ustedes qué hacéis aquí?
URSULA: ¡Eso mismo nos preguntamos nosotras dos!

Treinta minutos después, estaban la mayoría de los vecinos y los trabajadores en el portal, sentados en sillas o en los sofás, esperando a que llegara el presidente.

PILAR: Yo al presidente le voy a poner fino ¡¿Dónde estaba tu marido cuando retumbaba la música?!
OLIMPIA: Mi ex, repito por si no queda claro, mi ex. Lo que haga ya no es de mi incumbencia.
CARMEN: Con suerte se habrá tirado a otra tía, porque vamos... mucho estomago tuvo que tener para estar contigo, Olimpia.
OLIMPIA: ¡Tú no llegas viva a Nochevieja, no!
EVA: A ver, señoras, tranquilas. (A Gines) Esto es una junta de vecinos, acostúmbrate.
GINES: ¡Ahí llega el presidente!

El presidente llegaba del ascensor, y se tumbó en la mesa, a sus lados se encontraban sentados Eva y Gines

JULIAN: ¡Me llena de orgullo y satisfacción esta junta!
INGRID: ¿Cuántos puntos del día van a haber?
JULIAN: Paso a paso, Ingrid, paso a paso. Todo con calma. A ver, primer punto del día... unificación de felpud...
OLIMPIA: ¡El primer punto del día es sin duda, que la choni del Bajo A ha inundado el inmueble de música mala!
CARMEN: ¡Protesto! ¡Yo la música del chunda chunda no la puse, eso fue mi hija!
PILAR: Qué gustos más malos tienen las nuevas generaciones... donde esté el Lalala de Massiel que se quite todo lo demás.
URSULA: ¡¿Massiel?! ¡Menuda arpía, yo iba a representar a España y esa vaca me quitó el puesto!
JULIAN: Gines, apunta todo lo que dicen en el ordenador.
GINES: ¿Y esto como va? ¿Está puesto Internet?
JULIAN: Sólo tienes que ir al Word y empezar a escribir. Por cierto... ¿Faltan varios propietarios, no?
MANUEL: Sí, los pijos del ático.
KAREN: Yo estaba en la terraza desayunando cuando les he oído decir que se iban a un museo.

Olimpia, Pilar y Carmen seguían discutiendo.

MARIA LUISA: Anda que... cómo me gustaría estar sorda ¡cuántos gritos!
INGRID: ¿En qué comunidad me he metido?
EVA: A ver... ¡Silenciooo! Que el presidente va a hablar.
PILAR: ¡Pues que se calle que sólo trae problemas!
JULIAN: Bien... pues yo decido que...

Todos se callaron salvo Olimpia y Carmen.

CARMEN: ¿Con que no te gusta la música chunda chunda de mi hija?
OLIMPIA: ¡Pues claro que no!
CARMEN: Tranquila, que no la pondré más.
OLIMPIA: ¿No? ¿Nunca más?
CARMEN: No... Nunca más, si quieres música con letra te pondré ‘Cuando zarpa en amor’ de Camela, a todo volumen.

MANUEL: Julián, perdone a mi mujer... ¿eh? está un poco alterada con la menopausia
CARMEN: ¿¡Menopáusica, yo!? (Le da un tortazo) ¡Respeta a tu mujer, Manu!
JULIAN: Bueno... segundo punto del día.
GINES: ¿Segundo punto del día sin haber acabado el primero, el de la unificación de felpudos?
ALBERTO: A ver, como propietario histórico de este inmueble, quiero dejar clara una cosa. Los Montepinarianos nos han matado al antiguo presidente, a Matías (Belinda empieza a llorar)...
URSULA: ¿Dejamos que mate también al segundo presidente, a Julián? ¿¡Quién levanta la mano!? (Muchos la levantaron)
ALBERTO: No, mujer, eso no. Aunque no suena mal... lo que quería decir, es que si ellos mataron a Matías, nosotros tendríamos que matar a...
BELINDA: (Entre lagrimas) ¿A Antonio Recio? (Todos levantan la mano) ¡Sí!
JULIAN: ¡Pero eso no es democrático! ¡Yo opto por el no! ¡No al terrorismo vecinal!

Ningún vecino le hace caso y todos se van a sus casas.

GINES: ¡Mierda, no me ha dado tiempo a escribir todo lo que han dicho!
JULIAN: (Con la cabeza bajada) Que fracaso presidencial... ¿por dónde te has quedado?
GINES: Directamente no he empezado, señor Julián.
EVA: Ése es mi Gines, la ley del mínimo esfuerzo.

Marta llegó a casa y se encontró a Miriam en el sofá, desnuda con Marcos, el vecino de enfrente.

MARTA: ¿¡Pero bueno!? (Miriam y Marcos se taparon con los cojines) ¿¡Qué es esto!?
MIRIAM: ¡Mierda, el reto echado a perder! ¡Es que me dolía mucho la espalda y...!
MARTA: Miriam, que Marcos no es médico.
MARCOS: Yo soy médico y todo lo que tú quieras, Marta.
MARTA: (Se tapa los ojos) ¡Ni se te ocurra quitarte el cojín de tus partes! ¡Y fuera de mi casa!
MARCOS: Joder con la pija, vale, vale, y parecía indefensa cuando nos la encontramos (se marcha)
MARTA: ¡Muy bien, Miriam, muy bien! Ya has terminado con tu reto, ¿no? ¿Y Mónica?
MIRIAM: Se ha ido con las viejas a su casa a comer... en la comida han puesto mucho vino blanco y ya sabes cómo es ella con la bebida.
MARTA: ¡Deleznable! ¡¿Es que no podéis hacer ni un simple reto?!

Ya eran las seis de la tarde, y Fátima se encontraba con Carmen viviendo igual que ella, con sus mismas ropas.

FÁTIMA: No me encuentro bien con este chándal de poliéster.
CARMEN: Ya te acostumbrarás ¿Porqué te ha dado por vestirte como yo?
FÁTIMA: Simplemente porque... eres mi mejor amiga en el inmueble, y quiero pasar más rato contigo. Quiero ser como tú.
CARMEN: Oh, jojojo, pues este cuerpo se tarda años en crear. A base de clase media.
FÁTIMA: ¿Vas a poner ‘Cuando zarpa el amor’?
CARMEN: Sí, claro, y a todo volumen ¡qué por cierto, muy mal que no estuvieras en la junta, ni tú ni tu marido, mal, muy mal!
FÁTIMA: Lo sé chica, lo sé, pero estaba en un museo viendo una exposición...
CARMEN: Yo trabajé en un museo.
FÁTIMA: ¿¡Sí!? ¿Y expusiste cuadros?
CARMEN: Trabajé de asistenta de limpieza durante un par de meses.
FÁTIMA: ¡Qué interesante!
CARMEN: Voy al baño, ahora vuelvo.

Fátima aprovechó el momento para sacar bolígrafo y papel, y empezó a escribir para su libro.

MANUEL: ¿Qué haces?
FÁTIMA: Ah... nada, la lista de la compra, para Olimpia, cuando vaya al supermercado.
MANUEL: Ah... vale. Estás en tu casa ¿eh?

Carmen salió del baño y aprovechó para poner la canción de ‘Cuando zarpa el amor’ a todo volumen.

FÁTIMA: Qué canción más... ¡no tengo palabras!
CARMEN: ¿Bailamos juntos los tres?
FÁTIMA: (Guarda el papel y el boli) ¡Claro! ¿Y esto cómo se baila?
CARMEN: Tranquila, que yo en las discotecas era la número uno ¡Ni la Pantoja en Marbella tuvo tanto éxito! Ahora aprenderás de una artistaza como yo.

Se hizo de noche en Madrid. Karen comenzaba, una noche más, su programa, era Sábado, y no era nada común hacer su programa ese día, pero era parte de un especial.

DIRECTOR: A ver, cámaras ¡tres, dos, uno, acción!

El plató se iluminó y salió Karen muy bien vestida y mirando con decisión a las cámaras.

KAREN: ¡Muy buenas noches telespectadores! Un día más ¡mejor dicho, noche! Está aquí esta señorita acompañándoos en este caluroso sábado. Recuerda que si quieres verme en sujetador a lo largo de la noche debes marcar en tu teléfono móvil el texto ‘quitar’ al 5656. Lo que mis telespectadores decidan, va a misa. (Se pone sería) Y bien... nos ponemos serios, que hay que rellenar cuatro horas de programa y no sé como. En el especial de hoy trataremos un tema que llega al corazón; el tema de esta noche es ‘Soy una mierda, ayúdame a salir de ella’. Nuestra primera invitada se llama Marta y viene desde Madrid ¡Un fuerte abrazo!

Marta, la inquilina del 2ºC salió al plató, ando por una pasarela y se sentó, muy nerviosa, en una silla. Karen se percató que era su vecina.

KAREN: ¿Marta? ¡Ejem! ¡Muy buenas noches, Marta!
MARTA: Ho... Hola (ríe tímidamente)
KAREN: ¿A qué has venido exactamente?
MARTA: Pues que tengo muy mala suerte en el amor... yo quiero un hombre que me entienda, casarme, tener hijos, y todo eso... y no lo consigo.
KAREN: Aich, qué mala suerte. Aparte de eso, ¿buscas algo más?
MARTA: Pues que sea de mi edad... guapillo, alto, sincero, gracioso, honrado, listo, cariñoso...
KAREN: Ya, ya, ¡para! qué se nos va el tiempo volando. Hemos traído a tres especímenes que hemos encontrado por la call... por un casting; a ver que te parecen.

Belinda, cómo se sentía sola, se fue a ver la tele al 1ºC con Gonzalo y David, además, de estar acompañada por Mónica y Miriam.

MÓNICA: Ahora entiendo lo del reto... ésta llevaba unos días planteando ir al programa.
BELINDA: Ay, qué suerte tiene la chavala... va a encontrar el amor de su vida.
MIRIAM: ¿El amor de su vida? ¡¿Has visto los especímenes que le han llevado?! Ésta vuelve a Arcipreste virgen.
MÓNICA: (Sorprendida) ¿Marta es virgen?
MIRIAM: Cómo si lo fuera... para una relación amorosa que tiene cada eclipse solar...

El programa seguía en emisión, y Marta ya había conocido a los tres pretendientes.

KAREN: ¿Y bien, qué eliges de nuestros tres hombres? Son como vampiros... sólo salen de noche.
MARTA: Es que no me gusta ninguno... ¡Tienen la edad de mi padre!
KAREN: O de tu abuelo, según se mire.
MARTA: Bueno... quiero hacerle una pregunta al pretendiente numero dos, Rafael ¿tienes dentadura postiza?
KAREN: Interesante pregunta donde las haya. ¿Y Rafa, qué respondes?
RAFAEL: Sí, sí tengo.
MARTA: ¿Y se te suele caer con normalidad? Es que mi madre tiene dentadura postiza y el pegamento no le funciona.
KAREN: Chicos, lo siento, pero tengo que dar paso a publicidad, pero antes.... ¿Tiene a su esposa en coma y se ha tirado a la vecina de enfrente? ¿Ha matado a su yerno de un planchazo porque éste maltrataba a su hija y ahora usted cumple condena en la cárcel? ¿Le ha sido infiel a su marido y ha huido con su amante a un lugar mejor? Todo esto y mucho más en mi programa, a partir del lunes. Y ahora... paso a publicidad.

Mientras, los hombres de la Atalaya del Arcipreste, más una mujer, en plena noche, estaban escondidos entre la maleza cercana a Mirador de Montepinar.

MARCOS: Yo no entiendo qué hacemos Ingrid y yo aquí.
INGRID: Pasar el rato...
ALBERTO: A ver, la guarra esta, ¿tu nombre?
INGRID: ¡Ingrid! y de guarra nada... que mentalidad más cerrada tenéis
ALBERTO: Pues la ‘GuarrIngrid’...
INGRID: (Oye su mote) Patético.
ALBERTO: ¡Calla! Ingrid tendrá que sacar sus armas de mujer y encandilar a Antonio Recio para que éste deje entrar a alguien en Montepinar.
INGRID: ¿Con qué excusa?
ALBERTO: Quieres alquilar el 2ºC, tengo entendido que ese piso está libre y que era de un moroso.
INGRID: Ah... perfecto.
ALBERTO: Moroso, creo que asesino y que acorraló al concejal durante cuatro meses.
INGRID: Ah... vuelvo a repetir, perfecto.
ALBERTO: Pero recuerda que tienes que coger una identidad nueva, nada de llamarte Sigrid.
INGRID: (Le corrige) ¡Ingrid!
MANUEL: Yo estaba tan tranquilito viendo la tele con mi Menchu ¿para qué me queréis? ¿y para qué queréis una escopeta... mi escopeta?
ALBERTO: Eres el único que sabe utilizarla.
GUSTAVO: Madre mía... madre mía, ¡qué locura! ¿Alguien ya ha dicho que estáis todos locos?
MARCOS: Yo no lo he dicho, pero vamos, es que no hace falta ni decirlo.
JULIÁN: ¡Como presidente exijo que olvidéis esta locura de plan! ¡¿Estamos locos?! ¡¿Matar a un presidente?!
INGRID: En cuanto termine todo me piro a Brasil y me hago un cambio de sexo si hace falta ¡Yo a la cárcel no quiero ir!
MIGUEL: Papá ¿y yo para qué vengo?
ALBERTO: Ni idea hijo, pero para que no estés sentado en el sofá sin hacer nada ¡Que tu madre te consiente de todo con casi cuarenta añazos!
GUSTAVO: ¿Ese hombre que sale del portal no es Antonio?
ALBERTO: ¡Sí, sí! ¡Es él!

Ingrid salió entre la maleza y se dirigió a un hombre regordillo, algo calvo y con barba.

INGRID: ¿Antonio... Recio?
ANTONIO: (Poniéndose las manos en la cabeza) ¡Una guarrilla!
INGRID: Prefiero que me llames... (Se queda pensativa)
ANTONIO: Estoy dando un paseo por mis dominios y Berta ¡que se me la han follao! me ha hecho la cena... y como se enfríe la chuleta, se pone tan dura como una bota. ¡Que me digas tu nombre, coño, que no tengo todo el día!
INGRID: (Sobresaltada) Si lo del nombre es lo de menos... (Se sube un poco la falda) Estoy interesada en comprar el 2ºC...
ANTONIO: ¿¡No serás el invertido de Germán Palomares travestido!?
INGRID: ¿Quién?
ANTONIO: No te hagas la tonta... seguro que eres alguien enviada por parte de La Atalaya del Arcipreste.
INGRID: No... No... (Le da un beso en la boca) Es de noche, siempre me han dado ganas de probar el cuarto de contadores.
ANTONIO: Brrr… ¡Y yo, y yo!
INGRID: Pero antes quiero ver el 2ºC... a ver en qué casa me meto, si me gusta o no.

Minutos después, Ingrid y Antonio salían del 2ºC. Los hombres de la Atalaya estaban escondidos en el ascensor.

INGRID: Un piso bastante bonito y amplio...
ANTONIO: Yo vivo justo debajo... para lo que quieras, ya sabes (Le guiña un ojo y hace un gesto cómo de mover pechos)
INGRID: Ya, ya, si te entiendo.
ANTONIO: ¿Cual era tu nombre?
INGRID: Virginia.
ANTONIO: ¿Virginia de virgen? Pues no tienes pinta. A ti te dará igual la raza, la edad, la altura...
INGRID: (Suspira) Sí... sí, me paso el día en la cama con tíos... claro... claro.
ANTONIO: ¡Ogggh! ¡Vamos al cuarto de contadores!

Antonio se dirigió al ascensor, pero al estar lleno de los inquilinos de La Atalaya, Ingrid prefirió bajar por las escaleras.

INGRID: Mejor por las escaleras... es que así hago ejercicio y pongo en forma mi... culo… (Pasa la lengua por los labios) …duro.
ANTONIO: ¡Pues por las escaleras, guarrilla!

Justo cuando bajaban las escaleras, Ingrid le empuja y éste cae por las escaleras, rotando y rotando. Los de Arcipreste salieron del ascensor.

ANTONIO: (En el piso de abajo) ¡Ostiaaa terribleee!
MANUEL: ¿Y para eso me hacéis cargar con una escopeta? ¡Le disparaba y punto!
INGRID: Tened iniciativa... que os estaba esperando a que empezarais el ataque y nadie movía ni un dedo. He tenido que hacerlo todo yo.
MARCOS: ¿Sigue vivo, no?
GUSTAVO: Se habrá roto algún hueso y nada más.
MIGUEL: (Mirando hacia abajo) ¡Coño, que está armado, tiene una pistola!
ALBERTO: ¡Todos a Arcipreste, venga, si no queremos morir!
JULIAN: ¡Qué problemón! ¡Esto es de locos! ¡¿Lo dije o no lo dije?!

Todos salieron corriendo hacia el ascensor, aplastados, mientras se oía gritar a Antonio que morirían entre terribles sufrimientos. Mientras, en La Atalaya, Carmen ponía nuevamente la música a todo volumen. Fátima la acompañaba.

FÁTIMA: ¿Otra vez la musiquita?
CARMEN: Hasta que Olimpia no baje y no me limpie las migas de pan que me tiró, yo no pararé con la música.
NEREA: ¡Mamá, pero pon Chunda Chunda, nada de Cuando zarpa el amor, que está más vista que la nariz operada de la Esteban!

Fátima apuntaba cada palabra en su blog de notas.

NEREA: ¿Y esta tipa que hace?
FÁTIMA: Recontar los fallos que hay de construcción por el inmueble.
NEREA: Mi puerta no se abre bien.

Las tres van al jardín.

FÁTIMA: Qué tiempo más tranquilo hace... y encima sin nuestros maridos, esto es la gloria.
CARMEN: ¡Mira, mira, hay hasta cagadas de paloma por las migas de pan! ¡En cuanto vea a Olimpia, la cruzo la cara!
NEREA: Mamá, vas para embajadora de la ONU, tienes sangre política.

De repente, a Carmen le cae un yogur en la cabeza.

CARMEN: ¡¿Pero bueno?!
OLIMPIA: (Desde la terraza del 1ºA) ¡Uy, perdón, perdón! ¡Se me ha ido la mano!
CARMEN: ¡Baja aquí si tienes ovarios! ¡Loca!
OLIMPIA: ¡Tú a mi no me llamas loca, ¿eh?! ¡Las de mi clase no se rebajan tan fácilmente!
CARMEN: ¿Qué tanta clase ni tanta clase? ¡Si se ve desde aquí que tu ropa es más vieja que la de tu propia abuela!
OLIMPIA: ¡Ahora sí que sí! (Va a la cocina, abre la nevera, coge todo lo que encuentra por su paso y vuelve a la terraza) ¡Ponte a vivir entre mierda como buena cerda que eres! ¡Y quita esa música horripilante!

La música seguía y seguía haciendo temblar las paredes de Arcipreste. En la habitación de Nerea, que es donde se encontraba el equipo de música, se encontraban Pilar, María Luisa y Úrsula.

PILAR: ¡Bueno, ¿alguna de vosotras sabe como se apaga esto?!
MARIA LUISA: ¡Tengo la espalda destrozada! ¿Porque no hemos entrado por la puerta principal como la gente normal?
URSULA: Porque no somos normales, y porque da más acción entrar por la ventana de la cocina de los chonis.
PILAR: ¡A ver, viejas, escuchad!
URSULA: ¿Vieja, yo?
MARIA LUISA: Seamos sensatas, que sumando nuestras edades, las de las tres, tenemos más años que Matusalén.
PILAR: A ver, que nos salimos del tema ¿sabéis como se quita esto? Hay que quitarle el volumen.
MARIA LUISA: Mejor robarlo ¿no? lo vendemos a los gitanos y nos sacamos un pastón.
URSULA: Sí, necesito dinero porque hay que cambiar radicalmente el fondo de mi armario.

En el jardín, Nerea escuchaba con atención la pelea entre Carmen y Olimpia, mientras que Fátima apuntaba ideas para su libro.

CARMEN: (A Olimpia) ¡Tú no llegas a Nochevieja, te lo repito! (A Fátima) ¿y tú qué haces todo el día escribiendo? (Ve el libro) ¿”21 días con una familia barriobajera”? ¿¡Pero esto qué es!? ¡Quiero una explicación!

Ve, a través de la cristalera, en el pasillo, a Pilar, María Luisa y Úrsula con el equipo de música, intentándolo arrastrar.

URSULA: ¡Salón a doble altura!
PILAR: Chicas... que nos han pillado.
MARIA LUISA: (Se excusa) ¡Yo tengo el Síndrome de Diógenes, tened piedad!

CARMEN: También quiero una explicación por vuestra parte ¡Ya!

Los hombres de La Atalaya llegan corriendo, todas se quedan mirando.

CARMEN: ¿Y esto? ¡Queremos otra explicación!

Al día siguiente, lucía un sol veraniego. En el Bajo A Carmen y Manuel estaban poniendo rejas por su propia seguridad.

MANUEL: ¿Y esto ya nos lo podemos permitir?
CARMEN: Sí, y si no podemos, por cualquier causa, pues entramos a robar donde cualquier vecino. ¡Pero lo peor ha sido lo de Fátima! ¡Estaba apuntando nuestra cultura de barrio pobre en un libro!
MANUEL: (Irónico) Oh... escalofriante.
CARMEN: La he dejado de hablar ¡¿Estaba escribiendo sobre mi vida sin mi consentimiento?! ¿Es que soy acaso un ser peligroso para que me hagan un libro? ¡Ni que fuera yo Bin Laden! ¡Ah, y mañana compramos un toldo, para que la guarra de Olimpia no pueda ensuciarme el verde jardín!

Eva y Gines contemplaban la escena desde detrás de las vallas.

GINES: Si ya lo dijo el gran filósofo Desastres... el peor enemigo siempre es el vecino.
EVA: Gran verdad, sí señor.

Mientras, en el 2ºC, Marta lloraba desconsolada en el sofá, acompañada de sus amigas Miriam y Mónica, Gonzalo, David y Karen.

MARTA: ¡Nunca encontraré el amor! ¡Mierda de casting!
KAREN: Ese es el problema de mi programa... los castings. ¡Pero chica, no ha ido tan mal! Hoy es domingo, así que mañana sabremos la audiencia ¡seguro que ha hecho máximo!
MARTA: Ha hecho mínimo en mí ¡Qué mala suerte tengo en todo!
GONZALO: Hazte lesbiana, igual encuentras el amor en tu mismo sexo (Le mira a David)
DAVID: O síguelo intentando con más hombres. Hoy tengo día libre, y no me va a acompañar Lourdes.
MARTA: ¿Eso es una indirecta? Porque si lo es, yo no las suelo pillar.
MIRIAM: ¿Indirecta? ¡Joder, todo directo ha sido! Ay... qué suerte tienen las sosas.
MARTA: ¡Y dale, que yo no soy sosa!
MÓNICA: Habrá que echarte un poco de azúcar por encima (Se ríe)

Mónica estaba bebiendo whisky y sujetaba el vaso y la botella en una sola mano.


Escrito por LQSA_Recio

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